Santana afirma que mafias carcelarias temen perder millones con nueva reforma.
Santo Domingo. – Para Roberto Santana, asesor del Poder Ejecutivo en materia penitenciaria, la creación del Ministerio de Justicia no es solo una reforma institucional: es una amenaza directa al negocio turbio y millonario que se esconde detrás del caos en las cárceles dominicanas.
Santana no se anduvo con rodeos. Denunció que existe una “mafia carcelaria” compuesta por funcionarios, internos y sectores externos que se benefician del desorden, la impunidad y la falta de control en el sistema penitenciario.
“Esa gente no quiere que se organice nada. El desorden deja dinero, y mucho”, afirmó en una entrevista en el programa Fuera de Récord.
Según explicó, la resistencia al Ministerio de Justicia proviene de quienes ven peligrar sus privilegios. “Hay una estructura corrupta que ha vivido de las cárceles por años. El nuevo ministerio se alinea con el modelo penitenciario moderno, y eso les revienta el negocio”.
Uno de los temas más espinosos que tocó fue el caso de la cárcel Las Parras, ubicada en Guerra. Santana confirmó que el costo final de la obra ya supera los RD$10 mil millones, una cifra que se está documentando en un informe técnico que será publicado próximamente. “El pueblo tiene que saber en qué se fue ese dinero”, subrayó.
Fue contundente al calificar lo ocurrido con Las Parras como una burla al país. Recordó que en 2020 se entregaron RD$7 mil millones para concluir la obra, pero el proyecto fue paralizado por decisión de la Procuraduría de ese momento. “Ese error nos costó miles de millones más. Aquí hubo bandidaje político, y nadie pagó por eso”, reprochó.
Sin embargo, prometió que Las Parras no será un elefante blanco. Aseguró que el recinto funcionará bajo las reglas del nuevo modelo penitenciario, acabando con extorsiones, privilegios y tráfico de influencias. Para ello, ya se han tomado medidas de control, y la comunidad de Guerra será parte activa del proceso, ya que parte del personal contratado proviene de allí.
“El peligro es que si la comunidad se desentiende, ese personal puede terminar aliado con los internos. Y ahí se cae todo. Porque en las cárceles no se brega con cuentos”, advirtió Santana.
Fue más allá: denunció que muchos centros penitenciarios del país son dirigidos de facto por los propios presos, quienes desde sus celdas ordenan crímenes usando celulares que no deberían tener. “¿Quién manda ahí? Ellos. Y le dan órdenes a oficiales como si fueran jefes”.
Si el clima lo permite —en Guerra puede llover hasta 20 veces al mes—, Las Parras será inaugurada el 12 de agosto. En su primera etapa, serán trasladados unos 2,400 reclusos provenientes de La Victoria. El objetivo es claro: cortar de raíz el viejo esquema de corrupción y ofrecer a los internos una oportunidad real de rehabilitación.
“Van a aprender un oficio, vivir en condiciones humanas y salir con otra visión. Pero primero hay que desmontar el negocio sucio que por años convirtió nuestras cárceles en tierra de nadie”, concluyó.