Acusa a Nueva York de proteger migrantes y obstaculizar la ley federal
Nueva York.-La tensión entre el expresidente Donald Trump y el alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha escalado esta semana con una nueva batalla legal. La administración Trump anunció este jueves que presentó una demanda contra la ciudad y su alcalde, a quienes acusa de “proteger a migrantes ilegales” y de aplicar políticas que “discriminan a las fuerzas del orden”.
La ofensiva legal se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio del Departamento de Justicia bajo Trump para frenar lo que considera una desobediencia sistemática por parte de ciudades y estados que actúan como "santuarios" para inmigrantes indocumentados.
La demanda fue presentada en el Distrito Este de Nueva York, con el argumento de que las medidas adoptadas por el gobierno de Adams interfieren directamente con la aplicación de la ley migratoria federal.
“Si los líderes de Nueva York no se esfuerzan por proteger a sus ciudadanos, nosotros lo haremos”, escribió en su cuenta de X la fiscal general Pam Bondi, una figura clave dentro del equipo legal de Trump.
Bondi sostiene que la ciudad ha fallado en su deber de colaborar con las autoridades federales y acusa al alcalde de “priorizar a los migrantes sobre la seguridad pública”.
El Departamento de Justicia ha intensificado sus acciones legales en los últimos meses. Ya ha demandado a otras jurisdicciones como Los Ángeles, Colorado, Illinois y el estado de Nueva York por razones similares.
Sin embargo, el caso contra Adams marca un golpe directo contra una de las figuras demócratas más visibles en la crisis migratoria que atraviesa Estados Unidos.
“Durante demasiado tiempo, la Ciudad de Nueva York ha estado a la vanguardia en la interferencia con la aplicación de nuestras leyes de inmigración”, aseguró el fiscal general adjunto Brett Shumate. “Sus esfuerzos por frustrar la ley federal terminan ahora”, sentenció.
Las “ciudades santuario” son aquellas que limitan su cooperación con las autoridades migratorias federales, ya sea impidiendo que sus policías detengan a inmigrantes sin orden judicial o negándose a entregar información a ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas). Nueva York, bajo la administración Adams, ha mantenido esa política, aunque con matices.
El alcalde no se ha pronunciado aún sobre la demanda, pero en declaraciones previas ha defendido que su administración busca equilibrar el respeto a los derechos humanos con el cumplimiento de la ley.
El caso abre una nueva grieta en el ya polarizado debate sobre inmigración, justo cuando Estados Unidos se aproxima a un ciclo electoral decisivo.
Para Trump, la migración es uno de los ejes centrales de su discurso político, y la demanda contra Adams forma parte de una estrategia para reforzar esa narrativa de “mano dura” ante lo que califica como una “crisis sin control” en la frontera y en las grandes ciudades.