Bangkok afirma que actuó en defensa propia tras fuego cruzado
La tensión entre Tailandia y Camboya dio un nuevo giro este jueves. Tailandia confirmó que atacó posiciones militares camboyanas como parte de una operación de represalia tras los enfrentamientos registrados desde primera hora del día en la disputada zona fronteriza.
En una conferencia de prensa en Bangkok, el portavoz del ejército tailandés, Winthai Suvaree, aseguró que las acciones se ajustan a la Carta de las Naciones Unidas, invocando el derecho a la autodefensa. Según detalló, la operación incluyó dos rondas de ataques aéreos con cazas F-16, dirigidos exclusivamente a objetivos militares camboyanos. "La misión fue clara: neutralizar amenazas sin poner en riesgo a la población civil", afirmó recoge la agencia Xinhua,
La ofensiva responde a una serie de escaramuzas que comenzaron por la mañana, en las que ambos países se acusaron mutuamente de haber abierto fuego primero. Aunque no se ha declarado oficialmente un estado de guerra, el conflicto escala rápidamente y preocupa a la comunidad internacional.
A pesar de la contundencia de la respuesta militar, Winthai insistió en que Tailandia sigue apostando por la vía diplomática. “Queremos una solución pacífica. Las armas no son el camino, pero tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados cuando se pone en peligro nuestra seguridad”, dijo.
Desde Nom Pen, la reacción no tardó. El primer ministro camboyano, Hun Manet, exigió a Tailandia detener de inmediato toda acción militar y retirar sus tropas. En un comunicado, acusó a Bangkok de violar el derecho internacional y de actuar de forma unilateral en una zona bajo disputa histórica.
"Pedimos a Tailandia que regrese a su lado de la frontera y se abstenga de actos provocadores que puedan empeorar una situación ya delicada", expresó Hun Manet, subrayando que Camboya sigue comprometida con la vía diplomática, pero no permitirá que su soberanía sea vulnerada.
El ataque aéreo marca un punto de inflexión en una crisis que, hasta hace pocas horas, parecía contenida en enfrentamientos localizados. Aunque las cifras de víctimas no se han actualizado oficialmente tras los bombardeos, se teme que el balance humano aumente. En las primeras horas del día, se habían reportado al menos once civiles tailandeses muertos.
La comunidad internacional comienza a mostrar preocupación. Ambos gobiernos han elevado sus quejas al Consejo de Seguridad de la ONU, buscando respaldo en medio de una creciente presión interna y externa.
La disputa fronteriza entre Tailandia y Camboya no es nueva. El conflicto se ha reavivado varias veces en los últimos años, especialmente en torno a enclaves como el templo de Preah Vihear, un símbolo de fricción histórica y orgullo nacional para ambos países.
Mientras tanto, miles de personas han sido evacuadas de las zonas más cercanas al conflicto, y el miedo a una escalada mayor se siente a ambos lados de la frontera. La pregunta es cuánto tiempo más se podrá contener una situación que, a cada hora, se parece más a una guerra sin nombre.