El sector privado critica el proyecto aprobado en Diputados y exige consenso
Santo Domingo.- El sector empresarial dominicano se ha plantado con firmeza: rechaza de manera rotunda la reforma al Código de Trabajo aprobada en primera lectura por la Cámara de Diputados. A través de una declaración conjunta, más de 70 asociaciones empresariales, lideradas por el CONEP y COPARDOM, manifestaron su “profunda preocupación” ante lo que consideran un retroceso en el proceso de diálogo tripartito.
Las organizaciones cuestionan tanto el contenido del proyecto como la forma en que ha avanzado. Denuncian que la propuesta legislativa ignora puntos clave ya consensuados, introduce temas que nunca se discutieron y excluye elementos fundamentales para fomentar el empleo formal en el país. En otras palabras, consideran que se está forzando una reforma mal diseñada y alejada de la realidad del mercado laboral.
“El país necesita una reforma laboral de verdad, no un parche improvisado”, dijeron en un comunicado. Subrayaron que una verdadera transformación debe estar enfocada en generar empleo de calidad, fortalecer la competitividad y construir un entorno económico estable y moderno. La aprobación “exprés” del proyecto, advirtieron, pone en peligro esa oportunidad.
Desde el inicio del debate, los empresarios han respaldado la necesidad de modernizar el marco legal laboral. Pero insisten en que ese cambio debe hacerse de forma responsable y consensuada. Reiteran su voluntad de dialogar, siempre que se respete el espacio tripartito entre el Gobierno, los empleadores y los trabajadores.
“La reforma laboral no puede surgir entre pasillos del Congreso”, advirtieron. “Tiene que construirse con base técnica, participación real y con una visión de largo plazo”.
El sector privado también cuestionó que esta reforma, tal como está planteada, envía señales equivocadas en un momento crítico, cuando el país enfrenta presiones económicas externas y necesita proyectar confianza para atraer inversión. Cambiar las reglas del juego sin consultar a quienes crean empleo, argumentan, es una receta para la incertidumbre.
Además, alertaron que dejar fuera elementos estructurales necesarios para formalizar el empleo perpetúa la informalidad y desincentiva la productividad. A juicio de los firmantes, el proyecto actual desperdicia la oportunidad de diseñar una legislación moderna, que responda a los desafíos del presente y del futuro.
Por eso, el llamado del empresariado es claro: frenar el proceso legislativo actual y volver a sentarse en la mesa con todas las partes. Requieren que se retome el diálogo técnico y participativo, con datos, estudios de impacto y voluntad de lograr un marco laboral que beneficie a todos: trabajadores, empresas y al país.
Las voces detrás de este pronunciamiento abarcan a todo el ecosistema productivo nacional: industrias, comercio, turismo, banca, salud, educación, construcción, tecnología, zonas francas, mipymes, gremios profesionales y asociaciones regionales. Nunca antes tantas entidades empresariales habían cerrado filas con tanta claridad en un mismo mensaje.
Entre los firmantes destacan organizaciones como la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), la Asociación de Hoteles y Turismo (ASONAHORES), la Asociación de Zonas Francas (ADOZONA), la Asociación de Bancos Múltiples (ABA), la Asociación Dominicana de Constructores y Promotores de Viviendas (ACOPROVI) y la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), por mencionar solo algunas.
En suma, el empresariado dominicano no se opone a reformar el Código de Trabajo. Lo que rechaza es hacerlo mal y sin consenso. Piden sensatez, participación y visión. Porque lo que está en juego —advierten— no es solo una ley, sino la estabilidad laboral, económica y social del país.