El Gobierno haitiano condena el crimen y promete intensificar operativos
El asesinato de tres agentes de la Policía Nacional en el departamento de Artibonite ha vuelto a estremecer a Haití, un país sacudido por la violencia de las pandillas y una crisis institucional sin tregua. El sindicato de la Policía Nacional (SPNH-17) reaccionó asegurando que el gobierno ha abandonado a quienes enfrentan el crimen desde la primera línea y llamó directamente a los agentes a “prepararse para la rebelión”
El Consejo Presidencial de Transición condenó este miércoles el crimen con términos contundentes, calificándolo de “acto bárbaro e inhumano”, y se comprometió a movilizar todos los recursos del Estado para llevar a los responsables ante la justicia.
El comunicado, firmado por Fritz Alphonse Jean, presidente del Consejo que ejerce las funciones de la jefatura de Estado desde abril, no dejó espacio para la ambigüedad.
“Estos tres policías murieron cumpliendo con su deber. Su memoria será honrada con acciones concretas. No vamos a permitir que este crimen quede impune”, afirmó Jean.
Según la información oficial, los agentes fueron emboscados el martes mientras patrullaban en la zona. Su vehículo terminó cayendo en una zanja y fue posteriormente incendiado por bandas armadas.
Junto a los tres agentes también murió un informante policial. Un cuarto agente logró escapar del ataque.
El primer ministro, Alix Didier Fils-Aimé, quien también encabeza el Consejo Superior de la Policía Nacional (CSPN), recibió instrucciones precisas para activar todos los mecanismos estatales disponibles en la investigación del caso y en la persecución de los responsables.
La Policía Nacional de Haití emitió un comunicado horas antes condenando la emboscada y advirtiendo que responderá con firmeza.
“La institución dará respuestas proporcionales a los criminales”, se lee en el mensaje, que también subraya que el director general del cuerpo, Rameau Normil, ha ordenado redoblar las operaciones contra las bandas que operan en Artibonite, un bastión crítico para el control territorial de los grupos armados.
Sin embargo, la respuesta oficial no parece calmar los ánimos dentro de la propia institución. El sindicato de la Policía Nacional (SPNH-17) también reaccionó, pero en un tono mucho más incendiario. En su comunicado, llamó directamente a los agentes a “prepararse para la rebelión”, asegurando que el gobierno ha abandonado a quienes enfrentan el crimen desde la primera línea.
“El Estado no protege a sus policías. Ya han caído demasiados”, denunció el gremio, que también pidió la destitución de los altos cargos responsables de la estrategia de seguridad y de la protección del personal operativo.
El dolor por la pérdida de estos agentes se mezcla con la indignación, en un país donde la violencia se ha convertido en rutina. El compromiso del gobierno con la justicia, aunque bien recibido por muchos sectores, se enfrenta al enorme desafío de actuar con rapidez y eficacia en un contexto marcado por el colapso institucional y la desconfianza ciudadana.