Solo el 40 % del contingente prometido está actualmente desplegado
En medio de una creciente ola de violencia y caos territorial, el gobierno haitiano ha solicitado con urgencia el envío de un nuevo contingente de fuerzas especiales kenianas, como parte de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS).
La petición fue elevada directamente al gobierno de Estados Unidos, que entrena y equipa a las unidades SWAT destinadas a combatir el dominio de las pandillas en la capital, donde más del 90 % del territorio está bajo control criminal.
El primer ministro interino de Haití, Alix Didier, precisó que se trata de más de 200 agentes kenianos que deberían incorporarse de inmediato a las operaciones, reseña Prensas Latina..
La solicitud ocurre en medio de serias tensiones diplomáticas, luego de que Kenia advirtiera su posible retiro de la misión debido al incumplimiento de compromisos internacionales.
Kenya condiciona su permanencia ante falta de apoyo internacional
El presidente de Kenia, William Ruto, lanzó una advertencia directa al Consejo de Seguridad de la ONU, expresando su preocupación por la falta de coordinación y financiación para sostener la MMAS.
Ruto denunció que de los 2,500 efectivos prometidos para Haití, menos del 40 % han sido desplegados, lo que limita el impacto operativo de la misión.
Además, reveló que la misión solo ha recibido el 11 % de los fondos necesarios para su primer año, mientras varios contratos logísticos esenciales están por expirar sin renovación. La falta de acción internacional pone en peligro la continuidad del compromiso keniano.
Haití implora apoyo inmediato mientras se agrava el control criminal
A pesar de los esfuerzos de despliegue inicial, el contexto haitiano sigue deteriorándose. Las pandillas armadas se han consolidado como fuerzas de poder, bloqueando rutas, controlando barrios y asfixiando la actividad económica y gubernamental en la capital.
La llamada de auxilio haitiana pone en evidencia la fragilidad de una misión que ha sido aplaudida por su intención, pero debilitada por su falta de respaldo logístico, político y financiero.
“Nos veremos obligados a revisar nuestro compromiso”, sentenció Ruto, dejando en vilo el futuro de la única misión activa con presencia militar en Haití.
Sin un cambio inmediato en el apoyo internacional, la esperanza de restablecer el orden en Puerto Príncipe se desvanece peligrosamente.