El Premio Pía Rodríguez rindió homenaje a pioneras dominicanas a través de crónicas que rescatan legados olvidados.
El aire en la Biblioteca Infantil y Juvenil República Dominicana vibraba con una energía distinta. No era solo otro evento de prensa: era la primera vez que el Premio Periodista Pía Rodríguez ponía nombre y apellido a esas voces que, durante décadas, habían quedado en los márgenes de la historia. Yamira Taveras, colaboradora de Luna TV, ajustó el micrófono con una sonrisa contenida. Minutos antes, acababan de anunciarla como la ganadora por su crónica sobre Mariana del Rosario Aguilera Grisanty, "La Señorita Minona", una maestra de Monte Cristi que dedicó su vida a educar en tiempos en que las aulas eran trincheras.


"Ella enseñaba con la misma firmeza con que defendía a sus alumnos. No era solo tiza y pizarra; era dignidad", contó Taveras, mientras el público—una mezcla de periodistas, familiares de las homenajeadas y curiosos—asentía. La historia de Minona, como la de otras nueve mujeres, resucitó entre notas de voz, recortes de prensa y fotos desgastadas.
El segundo lugar fue para Natacha Féliz Franco, del Listín Diario, quien rescató la figura de Carmita Landestoy, una opositora a la dictadura de Trujillo. "Escribir sobre ella fue encontrarme con una mujer que prefirió el exilio antes que callar", confesó Féliz. En tercera posición quedó Rosa Castillo, con un perfil de Bethania Guerrero Santos, periodista y activista social. "Bethania no solo informaba; organizaba comunidades. Eso también es periodismo", remató Castillo.
Las que no están (pero siguen aquí)
El momento más crudo llegó con el homenaje póstumo a Leonora Ramírez, periodista de Hoy. Un video mostró fragmentos de sus reportajes, mientras su hija, Ana Leonor, sostenía el micrófono con manos temblorosas. "Mi madre creía que las redacciones eran santuarios. Hoy sé por qué". A su lado, Marien Aristy Capitán—jefa de redacción del mismo medio—añadió: "Leonora nos enseñó que el miedo no es excusa para dejar de preguntar".
En el panel "Voces que resisten: Mujeres contra la violencia digital", las ponentes dejaron claro que el acoso en línea no es un "daño colateral" del oficio. Olaya Dotel, vocera estatal, fue directa: "Nos dicen ‘locas’ por denunciar discursos de odio, pero el problema no es nuestra sensibilidad, sino su impunidad". Juliana O’Neal, desde la política, añadió: "El machismo digital no es virtual. Es real, y duele igual".
Las iniciadoras: un reconocimiento inesperado
El cierre lo dio Elvira Lora, CEO de Ciudadanía Fémina, al entregar distinciones a diez periodistas que han resistido en primera línea—entre ellas, Marien Aristy, Lily Luciano y Millizen Uribe. "Este premio nació en un grupo de WhatsApp, entre mensajes de indignación y solidaridad. Hoy es un recordatorio: contar historias es también una forma de cuidarnos", dijo Lora.
Entre aplausos, una niña—no mayor de diez años—entregó un ramo de flores a una de las galardonadas. Sin planearlo, ese gesto resumió todo: la memoria no es solo mirar atrás, sino pasar la antorcha.