Datos estadísticos publicados indican que un poco mas de 2,398,000 quisqueyanos residen en esta grana nación del norte .
Darse un baño de pueblo caminando por el Alto Manhattan en pleno verano, es disfrutar de un ambiente de camaradería entre dominicanos que residen en la parte alta de la ciudad de Nueva York.
Como en cualquier lugar de República Dominicana, los compatriotas demuestran que llegaron a los Estados Unidos “dispuestos a todo”, para salir adelante.
Su carisma, alegría, costumbre y fraternidadla trajeron dentro de sus maletas, como parte de sus mejores prendas. Solo dejaron recuerdos que, de vez en cuando, reviven bajo el ritmo de una bachata de amargue, o un merengue que les hace vibrar al mejor estilo criollo.
Datos estadísticos publicados indican que un poco mas de 2,398,000 quisqueyanos residen en esta grana nación del norte convirtiéndose en la cuarta población latina mas grande en los EE.UU., y de estos, cerca de un millón viven en la ciudad de los rascacielos.
Muchos han logrado la superación a través de pequeños negocios, restaurantes y tiendas que han motorizado la economía en varios estados de la Unión, creando diversidad de nuevos empleos.
En política local no se han quedado atrás.Han alcanzado puestos de relevancia en cargos electivos en el Congreso de los Estados Unidos, así como puestos de relevancia en la administración pública, la policía y el ejército.
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En el plano deportivo, decenas se destacan ocupando posiciones de relevancia en el beisbol de Grandes Ligas logrando algunos ser exaltados al Salón de la Fama de Cooperstown por su profesionalidad, dedicación y entrega a este deporte.
Si bien es cierto que la gran mayoría vinieron a trabajar en busca del progreso personal y familiar, un grupo minoritario han llegado y se quedaron rezagados, o hicieron muy pocopara superarse, prefiriendo hoy en día vivirdel cuento y la vagancia.
Estos últimos son fáciles de identificar. Para encontrarlos, día y noche, solo basta transitar avenidas como Broadway, Saint Nicholas (avenida de Las Américas) y Ámsterdam,desde la 170 calle subiendo a la 209 del Alto Manhattan.
Gustan de sentarse a un lado de las aceras para jugar dominó, escuchar música alta y cocinar “hamburguesas” en pequeños hornos al carbón bajo el ardiente sol del verano, pero a la sombra de un árbol. Son bulliciosos en sus discusiones, especialmente cuando tratan temas sobre béisbol y política local.
A pesar de su prohibición, nunca falta en sus reuniones una botella o lata de cerveza o ron, la cual mantienen semi oculta debajo de la mesa o sus asientos.
El olor a marihuana o “hookah” se siente en buena parte de esos grupos y, como marca país, los insultos con palabras impropias truenan cuando uno de ellos realiza una mala jugada.
Pero en verdad, no todos los criollos realizan esta actividad de “entretenimiento” en las calles neoyorkinas. La gran mayoría permanece en sus apartamentos en pleno descanso, luego de una dura jornada de trabajo realizada durante la semana. Se les ve en los supermercados, tiendas, farmacias, peluquerías, salones de belleza, o visitando familiares cercanos.
Hombres y mujeres dedicados al trabajo. Los que se preocupan cada mes por aliviar la situación económica de sus familiares al enviarles dinero o una caja repleta de mercaderías y ropa a sus seres queridos.Son el grupo mayoritario que, de forma indirecta, sostienen buena parte de la economía de República Dominicana con el envío de remesas.
En lo que va de año, y de acuerdo con el último informe del Banco Central, las remesas de los dominicanos en el exterior aumentaron en un 11.2%, sobrepasando la cifra de los $923,8 millones de dólares enviados en los primeros seis meses de 2025. Esperan que al concluir el año logren superar los $11,300 millones de dólares.
Los dominicanos en Nueva York son quienes lideran la lista de envío de remesas a su país de origen. En julio pasado, el país recibió desde los Estados Unidos el 81.2% de esos envíos, alcanzando la cifra de $693 millones.
De la diáspora dominicana en España, el segundo en la lista, el país recibió $57.7 millones, un 7%. De Italia y Suiza solo el 1.3%, respectivamente.
Una comunidad que crece, que trabaja duro y se afianza en el progreso para un mejor futuro, siempre con la idea de regresar con orgullo a la República Dominicana airoso de los logros conquistados en naciones extrañas.