Juez ordenó paralización por daños a propiedad colindante, pero empresa sigue trabajando y acumula multa diaria
Santo Domingo. – A pesar de una sentencia clara y una multa que crece cada día, la constructora Caña Dulce SRL sigue levantando su edificio en El Millón como si nada hubiera pasado. El problema: sus excavaciones agrietaron peligrosamente la pared de una propiedad vecina, poniendo en riesgo a transeúntes y locales aledaños.
El juez Miguel Ángel Díaz Villalona, de la Cámara Civil y Comercial del DN, había sido contundente: "Suspenda la obra hasta reparar los daños". La orden, emitida el pasado 19 de abril (No. 504-2025-SORD-0419), incluía una sanción de RD$2,000 diarios por incumplimiento. Pero en el terreno de la calle Caña Dulce #52, las máquinas no han dejado de trabajar.
"Es un peligro inminente"
Los afectados, liderados por Rafael Antonio Ramírez Bautista, denuncian que la empresa ni siquiera ha intentado reparar el agujero y las grietas que amenazan con derrumbar parte de la pared colindante. "No es solo un hueco; es riesgo de colapso para el edificio del #51″, advirtió la abogada Elena Baldera Tejada, parte del equipo legal que lleva el caso.
El fallo judicial es claro: la paralización es "provisional pero obligatoria" hasta que se solucionen los daños. Sin embargo, según los denunciantes, el ingeniero a cargo "actúa como si la justicia no existiera". Peor aún: el Ayuntamiento del DN también fue sancionado por el juez por no fiscalizar la obra, pese a haber sido notificado.
Multas que no asustan
Los RD$2,000 diarios –unos US$35– parecen ser un costo asumible para la constructora. "Es irrisorio. ¿Qué incentivo hay para cumplir?", cuestionó el jurista Jorge Lora Olivares. Mientras, vecinos del sector temen que, si la pared cede, el daño sea irreparable.
La sentencia adquirió "cosa juzgada" (firmeza legal), lo que hace el desacato aún más grave. "Esto no es un simple conflicto entre vecinos; es un desafío a la autoridad judicial", remarcó Baldera Tejada.
¿Qué sigue?
El juez podría elevar las sanciones o incluso ordenar medidas coercitivas directas. Por ahora, los afectados exigen que:
- Se paralice la obra de inmediato (como ya se ordenó).
- Se reparen los daños estructurales con supervisión técnica.
- El cabildo asuma su rol fiscalizador.
Mientras, en la calle Caña Dulce, el polvo sigue volando. Y la grieta, creciendo.