Tulsi Gabbard desclasifica documentos que implican a líderes demócratas en una operación encubierta en 2016
Nueva York.- Un giro dramático sacude el tablero político estadounidense. La directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, afirmó este viernes contar con “evidencia abrumadora” de que el expresidente Barack Obama y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton participaron en una “conspiración traicionera” para sabotear la candidatura y posterior gobierno de Donald Trump durante y después de las elecciones presidenciales de 2016.
En una declaración pública cargada de gravedad, Gabbard afirmó que los documentos recientemente desclasificados —correos electrónicos, informes internos y comunicaciones entre altos funcionarios— revelan lo que describió como “un intento de golpe de Estado de largo aliento”.

Según la funcionaria, los demócratas sabían que la narrativa sobre la interferencia rusa en los comicios de 2016 era “falsa”, pero decidieron impulsarla para deslegitimar la victoria de Trump y paralizar su administración.
La inteligencia nacional entrega pruebas al departamento de justicia estadounidense
En palabras de Gabbard: “Lo que publicamos hoy demuestra claramente que en 2016 hubo una conspiración al más alto nivel para subvertir la voluntad del pueblo estadounidense y evitar que Trump ejerciera el mandato que le fue conferido.”
Gabbard afirmó que su investigación se basó en meses de trabajo e incluye pruebas de manipulación política que, asegura, fueron utilizadas para alimentar dos juicios políticos contra Trump, provocar detenciones de funcionarios afines al expresidente y aumentar la tensión con Rusia.
La directora ha entregado los documentos al Departamento de Justicia y pidió que “todas las personas involucradas, sin importar cuán poderosas sean, sean investigadas y procesadas con todo el rigor de la ley”.
Críticas, reacciones y el trasfondo de una disputa política encendida
La revelación se produce mientras Trump enfrenta nuevas controversias, incluida una demanda contra el periódico The Wall Street Journal, que lo vinculó con una supuesta carta obscena enviada al fallecido Jeffrey Epstein.

La noticia ha reavivado cuestionamientos sobre la credibilidad del expresidente, justo cuando sus seguidores continúan exigiendo claridad sobre diversos escándalos pendientes.
Para Gabbard, esto no se trata de una disputa partidista:
“La fe del pueblo estadounidense en nuestra república democrática está en juego. Este no es un asunto de republicanos contra demócratas; es una cuestión de verdad y justicia.”
Estas declaraciones se suman a las posturas que la propia Gabbard ha sostenido desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, consolidándose como una figura clave en la narrativa de reivindicación del expresidente frente a sus adversarios políticos.
El futuro inmediato podría implicar procesos judiciales y una tormenta política sin precedentes, justo en un año de alta polarización y de cara a las elecciones de 2026.
Por ahora, las palabras de Gabbard no solo reabren viejas heridas, sino que plantean dudas profundas sobre los cimientos del poder en Estados Unidos. Con datos de Europa Press.