El hallazgo abre nuevas vías para tratar el cáncer desde su base genética
Un equipo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa ha logrado desentrañar un mecanismo esencial que permite a las células copiar su ADN de manera segura y ordenada, un proceso fundamental para la vida y cuyo mal funcionamiento está directamente vinculado a enfermedades como el cáncer.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature Communications,y recoge Euroipa Press, revela que las células cuentan con un sistema altamente sofisticado que evita la producción excesiva de fragmentos de Okazaki, componentes fundamentales en la replicación de la hebra retardada del ADN.
Explican que si dichos fragmentos se generan de forma descontrolada, pueden inducir errores genéticos que alteren el funcionamiento celular y deriven en patologías graves.
En el núcleo de este mecanismo se encuentra la proteína VCP/p97, que actúa como una especie de "grúa molecular". Según explicó el doctor Emilio Lecona, líder de la investigación, esta proteína elimina otras proteínas “mal ubicadas o defectuosas” en la célula, guiándose por las señales de ubiquitina, lo que reduce la acumulación desordenada de fragmentos de Okazaki durante la duplicación del ADN.
Una respuesta molecular controla el ritmo y la seguridad de la replicación genética
Además del papel regulador de VCP/p97, el equipo identificó un sistema de alarma biológica denominado "estrés replicativo", que actúa cuando hay demasiadas zonas activas copiando ADN al mismo tiempo. Este estrés impide que la célula desperdicie recursos y garantiza que la replicación sea gradual y precisa, protegiendo así la estabilidad del genoma.
“Hemos demostrado que un exceso de fragmentos de Okazaki activa esta alarma, lo que evita el colapso del proceso de replicación. Las células, literalmente, ‘cuentan’ estos fragmentos y utilizan VCP/p97 para retirar proteínas como POLA/PRIM, regulando el ritmo del copiado genético”, indicó Lecona.
Nuevas dianas moleculares para combatir la vulnerabilidad del ADN tumoral
El estudio también tiene implicaciones terapéuticas de gran relevancia. Las células tumorales, al tener un ADN inestable, dependen en gran medida de la correcta gestión del estrés replicativo y de la función de VCP/p97 para sobrevivir. Interferir con estas rutas podría debilitar selectivamente a las células cancerígenas.
“Este avance no solo permite entender con mayor precisión un proceso central para la biología celular, sino que también abre nuevas oportunidades terapéuticas para mejorar el uso de inhibidores dirigidos contra la respuesta al estrés replicativo en tratamientos oncológicos”, concluyó Lecona.
El trabajo fue realizado en colaboración con el equipo del doctor Juan Méndez, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), y representa un paso clave hacia medicinas más precisas y efectivas en la lucha contra el cáncer.