La Superintendencia de Bancos valoró el aumento de la bancarización, que se sitúa en 63.3 %
El porcentaje de dominicanos mayores de 15 años con acceso a cuentas bancarias o móviles alcanzó un 65 % en 2024, frente al 51 % registrado en 2021, según el Informe Global Findex 2025 del Banco Mundial.
Este avance sitúa a la República Dominicana en una etapa de consolidación dentro del proceso de inclusión financiera, impulsado por el trabajo conjunto entre el sector financiero, organismos reguladores y políticas públicas.
La Superintendencia de Bancos valoró positivamente el aumento de la bancarización, que se sitúa en 63.3 %, y lo atribuyó a iniciativas que han reducido barreras históricas de acceso a productos y servicios financieros, especialmente en comunidades alejadas de los centros urbanos.
El Global Findex es la encuesta de referencia a nivel mundial para medir el acceso a servicios financieros formales, y se aplica cada tres años a más de 140 países.
En el caso dominicano, abarcó a una población de 8.2 millones de personas mayores de 15 años, de las cuales 5.3 millones ya cuentan con al menos una cuenta bancaria o móvil activa.
La digitalización impulsa el cambio pero aún no es determinante
Uno de los hallazgos más relevantes del informe es la creciente adopción de pagos digitales: el 53 % de los adultos utiliza medios electrónicos para realizar transacciones.
No obstante, el uso exclusivo de cuentas digitales aún es limitado, con solo 1.5 % de los adultos apoyándose únicamente en esta modalidad. La mayoría continúa usando cuentas tradicionales, mientras un 16.5 % combina ambos métodos.
Este crecimiento digital es posible gracias a la amplia penetración de smartphones, que alcanzan al 76 % de la población adulta. Este dato posiciona al país como un escenario ideal para fortalecer la banca móvil, aunque expertos señalan que la educación financiera, la confianza institucional y la conectividad rural siguen siendo factores cruciales por resolver.
Una herramienta vital para cerrar la brecha social y económica
El informe enfatiza que el acceso al sistema financiero no solo facilita pagos o ahorros, sino que mejora la resiliencia económica de los hogares, permite el acceso a créditos formales y disminuye la dependencia del efectivo, especialmente en zonas con alta informalidad laboral.
Los datos del Global Findex también sirven para que los gobiernos, instituciones financieras y organizaciones de desarrollo elaboren estrategias para cerrar las brechas estructurales de inclusión, con especial atención en grupos vulnerables como mujeres, jóvenes y trabajadores informales.
Si bien el avance del 13.7 % en bancarización es notable, el reto ahora es sostener ese crecimiento sin dejar atrás a quienes aún enfrentan obstáculos para entrar en el sistema financiero.
Como advierten analistas del Banco Mundial, la inclusión financiera no puede ser solo una estadística: debe traducirse en mejor calidad de vida y oportunidades económicas sostenibles.