La entidad advierte que algunos proyectos han estado paralizados hasta por 24 meses
La Asociación de Promotores y Constructores de Viviendas del Cibao (APROCOVICI) denunció que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MIMARENA) mantiene en estado de asfixia al sector construcción en la región, debido a retrasos extremos en la emisión de permisos ambientales, vitales para iniciar cualquier desarrollo inmobiliario.
Según advierte la entidad, algunos proyectos han estado paralizados hasta por 24 meses, a pesar de contar con expedientes completos y recomendaciones técnicas favorables.
Indica que esta situación no solo ha congelado inversiones y frenado la creación de empleos, sino que también ha afectado a miles de familias que esperan su vivienda en el Cibao, región que representa el 38 % del aporte nacional del sector construcción al Producto Interno Bruto (PIB).

“El permiso ambiental ya no es una validación: se ha convertido en un muro infranqueable que detiene todo. Esto paraliza licencias, contrataciones, registros fiscales y toda la cadena productiva del sector más multiplicador de la economía nacional”, expresó el ingeniero Sandy Rodríguez, presidente de APROCOVICI.
La espera por un permiso puede durar hasta dos años
Lo que normativamente debería resolverse en 30 a 60 días, según las disposiciones vigentes, se ha convertido en un calvario burocrático. Promotores de Santiago, Puerto Plata y otras provincias del Cibao relatan que deben realizar múltiples llamadas sin respuesta y trasladarse repetidamente a Santo Domingo, solo para obtener información básica sobre el estado de sus solicitudes.
“Esto no es solo una demora: es una señal de que el sistema está colapsado. La falta de respuesta institucional mina la confianza y frustra a quienes apuestan por un desarrollo responsable y regulado”, señalaron miembros de la Asociación.
El gremio exige reformas urgentes para salvar la inversión privada
APROCOVICI sostiene que el desarrollo urbano y la protección ambiental son objetivos compatibles, pero para que eso sea posible se requiere un sistema eficiente, descentralizado y transparente. En ese sentido, propone una serie de acciones urgentes para corregir el curso del proceso de permisología ambiental:
- Optimización del departamento regional del MIMARENA en Santiago, con capacidad para atender a toda la región norte y emitir permisos directamente.
- Designación de profesionales competentes que brinden atención directa y expliquen las razones de cualquier observación técnica o administrativa.
- Creación de una mesa técnica interinstitucional, con participación del sector privado, para dar salida a los casos pendientes y definir soluciones estructurales que hagan el sistema funcional.
“La permisología ambiental debe ser un puente hacia el desarrollo sostenible, no una barrera. Necesitamos un marco que combine protección ecológica con dinamismo económico”, concluyó Rodríguez.