Más de 330 millones de personas en 150 países expuestas a estos fenómenos atmosféricos
Nueva York.-Un reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha revelado la creciente amenaza que representan las tormentas de arena y polvo para la salud humana, el medioambiente y la economía mundial. El boletín advierte que más de 330 millones de personas en al menos 150 países están expuestas a estos fenómenos atmosféricos, cuyos efectos se intensifican año tras año.
De acuerdo con la OMM, alrededor de 2.000 millones de toneladas de arena y polvo ingresan a la atmósfera cada año, lo que equivale a más de 300 Grandes Pirámides de Giza flotando en forma de partículas en el aire.
Indica que esta masa suspendida no sólo ensombrece los cielos, sino que afecta directamente la calidad del aire, el rendimiento agrícola y los sistemas económicos vulnerables.
La mayoría del polvo proviene del norte de África y Oriente Medio
Según el boletín, más del 80 % del polvo atmosférico mundial se origina en los desiertos del norte de África y Oriente Medio, desde donde es transportado por los vientos a través de continentes enteros y océanos. Estas partículas pueden llegar a América, Europa e incluso regiones polares, alterando ecosistemas a miles de kilómetros de su origen.
Aunque parte del fenómeno tiene un origen natural, la OMM advierte que la degradación ambiental, la mala gestión de la tierra y el agua, y el avance de la sequía están intensificando su frecuencia e impacto. Esta combinación de factores está transformando un proceso geológico en una amenaza persistente y agravada por la acción humana.
Urgen sistemas de monitoreo y alerta más eficaces y accesibles
El informe subraya la urgente necesidad de mejorar los sistemas de vigilancia, pronóstico y alerta temprana para mitigar el impacto de estas tormentas. La OMM insta a los gobiernos a fortalecer su capacidad tecnológica y logística para proteger a las poblaciones más vulnerables y reducir los efectos sobre la salud pública, la producción agrícola y el comercio.
Estas tormentas pueden provocar enfermedades respiratorias, afectar cultivos, alterar vuelos aéreos y paralizar actividades económicas enteras. Por ello, el organismo internacional considera prioritario establecer redes de colaboración regional e internacional, capaces de anticipar eventos severos y ofrecer respuestas coordinadas.
Las tormentas de arena y polvo que afectan al Caribe
Las tormentas de arena y polvo del Sahara, en el norte de África, conocidas técnicamente como “nubes de polvo del Sahara” o Saharan Air Layer (SAL), afectan al Caribe, y lo hacen de forma recurrente cada año, especialmente durante los meses de mayo a agosto.
Los vientos alisios del este levantan grandes cantidades de polvo fino y seco, que es transportado por el océano Atlántico hasta el mar Caribe, América Central y el sureste de Estados Unidos.
El fenómeno puede durar varios días, y en algunos casos incluso semanas.
Entre los países y territorios más impactados regularmente están: República Dominicana, Puerto Rico, Cuba, Haití, Jamaica, Barbados, Trinidad y Tobago, Islas Vírgenes y las Antillas Menores en general
¿Qué efectos tienen en el Caribe?
1. En la salud: Aumento de casos de alergias, asma, bronquitis y problemas respiratorios, especialmente en niños y personas mayores. Irritación ocular y nasal.
2. En el clima: Cielos opacos o blanquecinos. Disminución de las lluvias por la inhibición de la formación de nubes. Mayor temperatura durante el día y noches más frescas.
3. En el medio ambiente y la tecnología: Afecta cultivos sensibles y ecosistemas marinos. Puede causar fallas en paneles solares y saturación de filtros en sistemas de ventilación. Reduce la visibilidad para la navegación aérea y marítima.
¿Cómo se monitorean?
El Centro Nacional de Huracanes (NHC), la NASA, el Servicio Meteorológico del Instituto Dominiano de Meteorología (INDOMET), el NOAA y agencias meteorológicas del Caribe monitorean las nubes de polvo a través de satélites, modelos meteorológicos y sensores atmosféricos.