Consejo de Seguridad refuerza apoyo ante crisis de pandillas
Nueva York.-. – El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad una resolución que extiende hasta el 31 de enero de 2026 el mandato de la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH), en respuesta al alarmante deterioro de la seguridad y gobernabilidad en el país caribeño, controlado cada vez más por pandillas armadas.
Con 15 votos a favor, los miembros del Consejo reafirmaron su compromiso con una solución liderada por los propios haitianos, que aborde las causas estructurales de la crisis multidimensional que sacude a la nación más empobrecida del hemisferio occidental.
Presencia internacional busca contener colapso institucional en Haití
Durante la sesión, el representante haitiano ante Naciones Unidas, Ericq Pierre, expresó que la prórroga del mandato permitirá a las autoridades locales promover un diálogo político, impulsar la buena gobernanza, reforzar la seguridad pública, garantizar justicia y defender los Derechos Humanos.
Sin embargo, un reciente informe conjunto de BINUH y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), revela una situación crítica: las pandillas han comenzado a suplantar al Estado en varias regiones del país, ejerciendo un tipo de gobernanza criminal de facto.
Estas bandas armadas están llenando el vacío de poder dejado por una Policía Nacional sin capacidad operativa y un Ministerio de Seguridad Pública incapaz de garantizar una presencia sostenida en las zonas más golpeadas por la violencia.
Violencia de pandillas deja miles de muertos y desplazados
Entre octubre de 2024 y junio de 2025, al menos 4,864 personas han muerto como resultado directo de la violencia perpetrada por grupos criminales, según cifras oficiales de la ONU. Además, se reportan cientos de casos de secuestros, violaciones, heridas graves y trata de personas, alimentando una crisis humanitaria sin precedentes.
En este contexto, la prórroga de la BINUH representa un intento internacional por evitar el colapso total del frágil Estado haitiano, aunque los desafíos son enormes y los resultados inciertos.
“Estamos frente a una emergencia regional. Haití no puede enfrentar sola esta situación, necesita cooperación urgente, firme y sostenida”, concluyó Pierre.