La conectividad móvil alcanza el 94.7 % en hogares del país, según la ONE
Santo Domingo, julio de 2025. En la República Dominicana, tener un celular ya no es un lujo: es la norma. Según la más reciente Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR-2024), elaborada por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el 94.7 % de los hogares dominicanos tiene al menos un teléfono celular. La cifra no solo marca un salto importante en conectividad, sino que confirma que el acceso a la tecnología móvil es parte del día a día en todo el país.
Las diferencias entre zonas urbanas y rurales aún existen, pero se han acortado bastante. En las ciudades, el 95.3 % de los hogares tiene celular, mientras que en las zonas rurales la cifra alcanza el 91.4 %. Esto revela una expansión sostenida que rompe con la brecha digital que por años separó ambos territorios.
Más allá de la presencia del celular en los hogares, el uso individual también es alto. El 78.6 % de la población de cinco años o más tiene un celular propio. El acceso es casi idéntico entre hombres (78.3 %) y mujeres (78.9 %), y en zonas urbanas (79.7 %) se mantiene por encima de las rurales (72.4 %), aunque con una tendencia al alza en estas últimas.
Y no es solo que las personas tengan celulares: los usan. En los tres meses anteriores a la encuesta, el 91.8 % de la población de cinco años o más utilizó uno. En las zonas urbanas, este uso sube hasta 92.7 %. Es decir, el celular no es un aparato decorativo: es herramienta de comunicación, entretenimiento, información y hasta trabajo.
Estos datos muestran un cambio profundo. La tecnología móvil ya no es un privilegio, sino parte integral de la vida dominicana. Pero con este avance también llegan nuevos desafíos.
Uno de ellos es el uso temprano de pantallas por parte de niños y adolescentes. Con la digitalización creciendo a este ritmo, se vuelve urgente que las políticas públicas, sobre todo en educación y salud mental, se adapten. No se trata de prohibir el uso de celulares, sino de formar a docentes, psicólogos escolares y cuidadores para que sepan guiar a los más jóvenes en un uso equilibrado y consciente de estas herramientas.
La exposición prolongada a las pantallas puede tener efectos en el desarrollo emocional, social y cognitivo. Por eso, urge que tanto escuelas como familias reciban orientación práctica sobre cómo manejar esta realidad, que ya no es futura, sino presente. La alfabetización digital debe ir de la mano con el bienestar mental. Y ambos deben ser prioridad en un país cada vez más conectado.
Desde la ONE, se insiste en que este tipo de estadísticas no son solo números: son base para diseñar políticas útiles. Con su Plan Estratégico Institucional 2025, la institución refuerza su compromiso de ofrecer datos fiables, transparentes y bien construidos para orientar decisiones públicas y privadas.
La República Dominicana avanza rápido hacia un futuro digital. Lo importante ahora es que ese avance llegue con responsabilidad, inclusión y visión de largo plazo.