32 000 puestos eliminados desde 2008 ha generado un clima laboral insostenible que, según los sindicatos, está cobrando vidas.
La Dirección General de Finanzas Públicas (DGFiP), adscrita al Ministerio de Economía de Francia, atraviesa un momento sombrío: 13 suicidios y 8 intentos registrados desde el 1 de enero de 2025 destacan diferentes medios europeos.
Se indica que la cifra, acumulada en apenas seis meses, iguala casi la totalidad de los casos reportados en todo 2024 y amenaza con romper récords históricos, como los 19 suicidios de 2012.
La DGFiP, que emplea a unas 94 000 personas, se ha convertido en el organismo público más afectado por los recortes del Estado francés, con 32 000 puestos eliminados desde 2008. Este contexto ha generado un clima laboral insostenible que, según los sindicatos, está cobrando vidas.
Presión laboral, digitalización y reubicaciones forzadas afectan a empleados
Los trabajadores de la DGFiP denuncian condiciones de trabajo extremas: cargas excesivas, reestructuraciones sin tregua, fusiones institucionales y procesos de digitalización como el “prélèvement à la source” que han triplicado la presión sobre la plantilla. A esto se suman reubicaciones forzadas que rompen entornos familiares y personales.
Una encuesta interna realizada en febrero entre más de 52 000 empleados reveló que el 60 % cree que la institución va por mal camino, el doble de la media en la función pública francesa. Apenas el 54 % se siente satisfecho con su carga de trabajo, frente al 72 % en el resto de la administración. Además, uno de cada tres funcionarios declara vivir niveles de estrés “muy alto”.
El caso más estremecedor se produjo el 10 de enero. Un joven inspector, de menos de 30 años, fue hallado ahorcado en el vestíbulo del centro de finanzas públicas de Saint-Denis, donde trabajaba. Regresó al lugar después de terminar su jornada laboral para quitarse la vida. Un hecho simbólico de lo profundo que cala el sufrimiento laboral.
Los sindicatos exigen investigaciones y respuestas estructurales urgentes
Pese a la gravedad de los hechos, el ministro de Economía, Éric Lombard, ha minimizado la conexión entre estas muertes y la organización del trabajo. “No considero que esté relacionada ni con la carga de trabajo ni con la gestión”, declaró ante la Asamblea Nacional. Su postura ha encendido las alarmas en los sindicatos.
En respuesta, la directora de la DGFiP, Amélie Verdier, ha ordenado abrir investigaciones para todos los casos, incluso los ocurridos fuera de oficinas. Además, se lanzará un plan de prevención y formación en primeros auxilios psicológicos, comenzando en la región Centro-Val de Loire y extendiéndose a todo el país.
Durante una reunión en el Ministerio celebrada esta semana, participaron sindicatos y expertos como el psiquiatra François Ducrot, quien advirtió: “El suicidio es un fenómeno multifactorial. Hay factores laborales, sí, pero también biológicos, familiares, financieros… No se puede atribuir a una sola causa, pero el entorno profesional puede ser el detonante”.
Una epidemia silenciosa
Lo más inquietante es que otras direcciones del Ministerio de Economía no han mostrado una evolución similar, lo que refuerza la sospecha de que algo estructural y específico está ocurriendo en la DGFiP. Desde la fusión de sus estructuras en 2008, ha sido objeto de transformaciones profundas y reducción constante de personal, quedando a fines de 2024 con menos de 94 000 trabajadores activos.
Francia, con una tasa nacional de suicidio de 13,4 por cada 100.000 habitantes, enfrenta cerca de 10 000 muertes por esta causa al año. Si la ola en la DGFiP persiste, su tasa interna duplicaría la media nacional, convirtiendo lo que ya es una crisis humana en una alarma social.
Los sindicatos exigen una revisión completa de la cultura institucional, la eliminación del tabú del sufrimiento laboral y, sobre todo, medidas concretas antes de que el número de víctimas continúe creciendo.Fuentes: Le Monde, El País, Huffington Post Francia, BFM TV, FranceInfo, Cadena SER.