La cuarta edición apostó por profesionalizar a fondo al agente inmobiliario
SANTO DOMINGO.– Con una propuesta más robusta y mirada estratégica, la cuarta edición de Master Agente Inmobiliario se convirtió en mucho más que un evento de formación: fue una jornada de transformación profesional. El programa, que ya se ha ganado un lugar en el calendario del sector, reunió a expertos de distintas áreas con un propósito claro: subir el estándar del agente inmobiliario dominicano.

Más que charlas sueltas, esta edición apostó por una experiencia formativa integral, combinando teoría, casos reales y dinámicas prácticas. Desde el inicio, quedó claro que no se trataba solo de mejorar habilidades técnicas, sino de entender el negocio desde una visión estructurada y profesional.
Estructura legal, técnica y estratégica: claves del nuevo perfil
La abogada Luz del Alba Rodríguez, creadora del programa, fue la encargada de abrir el evento con una advertencia contundente: la falta de estructura legal no solo resta profesionalismo, también pone en riesgo al cliente. Su ponencia se centró en cómo evitar errores frecuentes en contratos y transacciones, y por qué un agente bien asesorado jurídicamente puede marcar la diferencia en el mercado.
“Un agente que eleva su estructura legal se convierte en un referente”, dijo con firmeza.
El ingeniero agrimensor Francisco Suárez tomó la palabra después para explicar la importancia de entender a fondo la documentación de terrenos y propiedades. Su mensaje fue directo: “Quien vende sin investigar, juega con dinero ajeno”. El objetivo era claro: evitar improvisaciones que pueden salir caras.
Panel con gigantes del sector: aprender de los que ya lograron
Uno de los momentos más valiosos del evento fue el panel de líderes inmobiliarios. Mélido Marte (Remax RD), Robert De La Cruz (Apartamentos RD) y Juan Chalas (Plusval), moderados por la abogada Paola Romero, compartieron sus experiencias, fracasos y fórmulas para destacar en un mercado competitivo. Fue un espacio cargado de aprendizajes reales, lejos del discurso decorativo. La conclusión fue clara: el crecimiento llega cuando hay visión, disciplina y foco en el cliente.
Finanzas, impuestos y comunicación: lo que todo agente debe dominar
Pero el programa no se quedó en lo técnico. Luz Santana, experta tributaria, se encargó de romper el mito de que los impuestos son enemigos del crecimiento. Explicó cómo planificar fiscalmente, elegir el tipo correcto de empresa y usar la estructura impositiva como herramienta estratégica. “El verdadero crecimiento comienza cuando integras los impuestos a tu plan”, señaló.
En la misma línea de empoderamiento, Aura Cruz enseñó a los asistentes cómo manejar sus ingresos y comisiones para alcanzar estabilidad financiera. Habló de inversiones, planificación y sobre todo, del valor de tomar decisiones conscientes. “No hay crecimiento sostenible sin salud financiera”, advirtió.
Finalmente, Francina Corona abordó la comunicación y la marca personal, recordando a los agentes que no basta con tener buenas propiedades. Lo esencial es saber comunicar con claridad y autenticidad. “Gana quien sabe decir lo que el cliente necesita escuchar”, afirmó.
Una apuesta seria por la dignificación del oficio
Más que una capacitación, Master Agente Inmobiliario se presentó como un llamado a elevar el ejercicio de esta profesión en el país. Con el respaldo de la Asociación de Agentes y Empresas Inmobiliarias (AEI) y patrocinadores clave como Coopedac, Grupo Diure y Grupo Árico, el evento fue también una declaración de principios: el sector necesita agentes mejor preparados, más estratégicos y comprometidos con la ética.
La producción corrió por cuenta de Camilo Then y su equipo de CTAV, con una puesta en escena dinámica y moderna. La conducción estuvo en manos de Yanerys De León, quien, con carisma y experiencia en el sector, mantuvo la energía del evento durante más de seis horas.
Master Agente Inmobiliario no solo cumplió con las expectativas: las superó. Y si algo dejó claro esta cuarta edición, es que ya no hay espacio para la improvisación en el negocio inmobiliario. El cliente lo exige, el mercado lo impone… y los buenos agentes están listos para responder.