Persisten señales de enfriamiento económico en la industria nacional
SANTO DOMINGO. – La actividad manufacturera en la República Dominicana retrocedió nuevamente en junio, al cerrar el mes con un Índice Mensual de Actividad Manufacturera (IMAM) de 48.5, por debajo del umbral de 50.0 que separa la expansión de la contracción, y más bajo que el 49.9 registrado en mayo, lo que evidencia una ralentización sostenida en el sector.
Este resultado confirma el segundo mes consecutivo en terreno contractivo, según el informe divulgado por la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), que destaca que las cinco variables evaluadas mostraron una tendencia a la baja en comparación con el mes anterior.
Cinco factores clave reflejan una industria con menor dinamismo
El IMAM, una adaptación local del conocido Purchasing Managers’ Index (PMI), se elabora en base a encuestas a gerentes de compras y directores de empresas manufactureras, y resume el comportamiento del sector en el mes más reciente.
En junio, las caídas más pronunciadas se observaron en el volumen de producción, que bajó de 54.7 a 48.1, y en el volumen de ventas, que descendió de 47.9 a 45.4. Ambos indicadores revelan una menor demanda y menor actividad en las fábricas.
En cuanto al empleo, el índice se redujo levemente de 51.9 a 51.0, mientras que los plazos de entrega de los suplidores también bajaron significativamente de 51.0 a 46.0, lo cual podría indicar problemas logísticos o una menor presión sobre la cadena de suministro. Finalmente, el inventario de materias primas, aunque disminuyó de 57.7 a 57.0, se mantuvo por encima del umbral de los 50 puntos.
El índice sirve como alerta temprana para la economía dominicana
La utilidad del IMAM radica en su capacidad para anticipar tendencias del sector industrial antes de la publicación de estadísticas oficiales. Al realizarse mediante encuestas digitales en los primeros veinte días de cada mes, se convierte en una herramienta clave para economistas, empresarios y autoridades.
La caída acumulada en los últimos meses podría estar advirtiendo sobre una posible desaceleración general de la economía, si no se toman medidas que reactiven la demanda y mejoren las condiciones operativas de las industrias.
Con este comportamiento, la industria manufacturera entra en una fase de vigilancia crítica, en la que cada punto por debajo de 50 refuerza la necesidad de políticas reactivadoras para frenar el enfriamiento.