Usar mal el aire acondicionado puede hacerte gastar hasta un 30% más
Cuando el calor aprieta, lo primero que hacemos muchos es encender el aire acondicionado. Y aunque tenerlo es un alivio, usarlo mal puede salir caro, más de lo que se nota a simple vista. El consumo energético se dispara si no se manejan bien ciertos detalles. Por eso, saber qué errores evitar puede ayudarte a ahorrar bastante, sin tener que renunciar al frescor.
Lo primero que hay que entender es que el aire acondicionado no es un botón mágico. Hay formas inteligentes de usarlo para que enfríe bien sin hacer que la factura de la luz se dispare. Aquí te explicamos los errores más comunes que se cometen al usarlo y cómo evitarlos.
1. Ponerlo a temperaturas demasiado bajas
Muchos piensan que si ponen el aire a 18 grados, el cuarto se enfría más rápido. Error. El aparato tarda lo mismo en llegar a 24 grados que a 18. Pero si le pides que baje más, seguirá trabajando de más sin necesidad. Y eso se nota: cada grado de más en enfriamiento supone un 7% extra en la factura, según la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios).
¿La mejor estrategia? Mantener una diferencia razonable con la temperatura exterior, unos 8 grados menos. Así estás cómodo y evitas un gasto innecesario. Además, si tu aparato tiene la función “Turbo” o “Power Cool”, úsala. Enfría rápido sin tener que dejar el termostato en números extremos.
2. Descuidar el mantenimiento
Un filtro sucio no solo perjudica la calidad del aire, también obliga al compresor a esforzarse más para hacer su trabajo. Esto puede aumentar el consumo entre un 5% y un 15%. Y lo peor: ni siquiera te das cuenta hasta que llega el recibo.
Limpiar los filtros al menos una vez al año, y mejor aún si es antes de que empiece el calor fuerte, mejora el rendimiento y la calidad del aire. Y si el aparato tiene varios años, no está de más revisar el estado general o llamar a un técnico.
3. No combinarlo con ventiladores
Aunque no enfrían el aire, los ventiladores ayudan a que el cuerpo sienta menos calor. Funcionan facilitando la evaporación del sudor, lo que da una sensación de frescura. Usarlos junto con el aire acondicionado te permite subir un poco el termostato sin perder confort. Y subir solo uno o dos grados ya representa un ahorro.
Los ventiladores de techo, en particular, distribuyen mejor el aire frío por la habitación. No solo consumen mucho menos, también alargan la vida útil del aire acondicionado, que no necesita esforzarse tanto.
4. No sellar puertas ni ventanas
Uno de los grandes enemigos del aire acondicionado es el aire caliente que entra por rendijas o ventanas mal cerradas. Cuando esto pasa, el aparato tiene que trabajar más para mantener la temperatura deseada. Resultado: más consumo, más gasto.
La solución no tiene que ser costosa. Colocar burletes en las puertas o incluso usar una toalla enrollada para tapar rendijas puede marcar la diferencia. Y si puedes invertir en aislar mejor la vivienda, el ahorro será aún mayor a largo plazo. Existen ayudas para reformas de este tipo que pueden hacerte el proceso más fácil.
5. Usar otros aparatos que generan calor
Planchas, hornos, secadoras… todos estos aparatos generan mucho calor. Si los usas mientras está funcionando el aire, lo obligas a redoblar esfuerzos para mantener la temperatura. Otra vez: más consumo y una factura que sube.
¿La alternativa? Usarlos por la noche o muy temprano, cuando hace menos calor. O buscar electrodomésticos que generen menos temperatura, como las freidoras de aire, que además son más rápidas y eficientes.
¿Qué significa todo esto?
En resumen: no se trata de dejar de usar el aire acondicionado, sino de usarlo con cabeza. Regular bien la temperatura, hacer un buen mantenimiento, sellar puertas y ventanas, combinarlo con ventiladores y evitar usar aparatos que generen calor a la vez. Son gestos pequeños, pero que juntos pueden recortar bastante el gasto sin perder confort.
Este verano, más vale usar el aire de forma inteligente. Tu bolsillo lo va a notar.