Gran parte de la grasa perdida se expulsa al respirar: Mito del sudor desmentido por ciencia.
Una de las grandes dudas que surgen cuando adelgazamos es qué sucede exactamente con la grasa que perdemos. ¿Se transforma en energía, desaparece, se convierte en músculo o se elimina por sudor u orina? Aunque existen numerosos mitos sobre el destino de la grasa corporal, la ciencia es contundente: la mayor parte de esa grasa sale de nuestro cuerpo en forma de dióxido de carbono (CO₂) al exhalar.
La bióloga y divulgadora Mafer (@virtualdiva) explicó en un video viral que, cuando perdemos peso mediante un déficit calórico —consumiendo menos calorías de las que gastamos—, el organismo empieza a utilizar las reservas de grasa almacenadas en el tejido adiposo como fuente de energía.
Durante este proceso, conocido como betaoxidación, recoge Europa Press, los triglicéridos se descomponen en glicerol y ácidos grasos. Estos viajan por el torrente sanguíneo hasta las células que requieren energía, donde se producen tres elementos clave:
- Dióxido de carbono (CO₂), que es transportado a los pulmones y eliminado al exhalar.
- Agua (H₂O), que se expulsa a través de la orina, el sudor o incluso mediante la respiración.
- ATP, la molécula que proporciona energía al cuerpo para funcionar.
Para ilustrarlo, Mafer detalla que una sola molécula de grasa con 16 átomos de carbono puede producir hasta 106 moléculas de ATP, 16 de CO₂ y 46 de agua, demostrando que la grasa no “se esfuma” ni “se suda” como muchos creen, sino que se transforma en energía y subproductos eliminados por el organismo.
El mito de que “sudamos la grasa” está profundamente arraigado, pero es incorrecto: el sudor solo refleja la pérdida de agua que utiliza el cuerpo para regular la temperatura.
Aunque aclara que una pequeña parte del agua producida al metabolizar la grasa sí puede salir por el sudor, el verdadero camino mayoritario por donde se elimina la grasa es la respiración.
Así lo confirmó un estudio publicado en 2014 en el British Medical Journal, realizado por los investigadores Ruben Meerman y Andrew Brown, que calcularon que más del 80 % de la grasa perdida se exhala como dióxido de carbono.
Por lo tanto, cuando haces ejercicio o mantienes un déficit calórico, una gran parte de la grasa que pierdes literalmente la estás “respirando fuera de tu cuerpo”.