Radiografías de tórax podrían detectar esteatosis hepática de forma sencilla y precisa y económica
NUEVA YORK.-Un equipo de la Universidad Metropolitana de Osaka, en Japón, ha desarrollado un innovador modelo de inteligencia artificial (IA) capaz de detectar la enfermedad del hígado graso a partir de simples radiografías de tórax, un hallazgo que podría revolucionar la forma en que se diagnostica esta condición en todo el mundo.
Actualmente, identificar la esteatosis hepática requiere pruebas como ecografías, tomografías o resonancias magnéticas, técnicas que implican altos costos y equipamiento especializado.
En cambio, las radiografías de tórax son procedimientos rutinarios, más económicos y con menor exposición a radiación, realizadas habitualmente para evaluar pulmones y corazón, pero que también capturan imágenes parciales del hígado.
Este avance abre la puerta a utilizar una herramienta disponible en casi cualquier centro médico para detectar signos de enfermedad hepática de forma temprana y sencilla.
Un modelo entrenado con miles de radiografías y precisión destacable
La investigación, liderada por la profesora asociada Sawako Uchida-Kobayashi y el profesor asociado Daiju Ueda, analizó 6.599 radiografías de tórax de 4.414 pacientes que se habían sometido a mediciones de parámetros de atenuación controlada (CAP), una técnica no invasiva para cuantificar grasa en el hígado.
Cada paciente fue diagnosticado con esteatosis hepática según el valor de CAP y los datos se dividieron aleatoriamente en conjuntos de entrenamiento, ajuste y pruebas interna y externa.
A partir de las imágenes y diagnósticos, los investigadores entrenaron un modelo de aprendizaje profundo para clasificar la presencia de hígado graso mediante las radiografías, logrando evaluar con precisión el rendimiento a través del área bajo la curva (AUC), que alcanzó valores entre 0,82 y 0,83, lo que refleja un alto nivel de exactitud.
Radiografías accesibles como clave para un diagnóstico masivo y temprano
“El desarrollo de métodos de diagnóstico mediante radiografías de tórax, que son fáciles de obtener y económicas, tiene el potencial de mejorar significativamente la detección del hígado graso”, señaló Uchida-Kobayashi, directora de la investigación.
“Esperamos que esta técnica pueda aplicarse en la práctica clínica en el futuro cercano”, añadió, subrayando que la combinación de tecnología accesible y modelos de IA avanzados podría suponer un cambio radical en la lucha contra la esteatosis hepática, una enfermedad creciente y muchas veces silenciosa.