Manifestantes toman hidroeléctrica exigiendo fin del bandidaje en Mirebalais
La capital de Haití acumula más de 15 días sin electricidad, tras la ocupación de la central hidroeléctrica de Péligre por pobladores de Mirebalais, quienes exigen al gobierno medidas concretas contra la violencia de las pandillas que azotan la región.
Desde el pasado 17 de junio, una multitud tomó las instalaciones de la hidroeléctrica, obligando a suspender sus operaciones. Previamente, entre el 12 y el 25 de mayo, los manifestantes habían paralizado la planta en reclamo de mayor seguridad; en aquella ocasión, el gobierno se comprometió a enfrentar la criminalidad en la zona, pero el incumplimiento del acuerdo detonó la nueva protesta.
“Los habitantes advirtieron que si no se cumplían las promesas, volverían a ocupar la central y dejarían a oscuras a la capital. Eso es exactamente lo que ocurrió”, explicaron líderes comunitarios.
Para demostrar que esta vez iban en serio, los manifestantes dañaron postes y torres que transportan la electricidad hacia Puerto Príncipe, profundizando la crisis energética en la ciudad, reseña Prensa Latina.
Acusan a autoridades de proteger intereses y no a la población
La tensión creció aún más cuando Robinson Mazarin, representante de la sociedad civil de Mirebalais, denunció las maniobras políticas que alimentan la división dentro del Consejo Presidencial de Transición (CPT) y su desconexión con las necesidades del pueblo. Según Mazarin, mientras la población pedía seguridad, el gobierno priorizó proteger intereses privados.
«En vez de satisfacer las necesidades de la población, enviaron soldados a asegurar propiedades de figuras influyentes, como la granja de la familia de Rénald Lubérice en Croix-Fer», criticó Mazarin, citado por el diario Le Nouvelliste. Además, señaló que no se ha abierto ningún canal de diálogo entre autoridades y manifestantes, lo que mantiene el conflicto estancado.
Amenazas de pandillas agravan la crisis
El conflicto escaló aún más tras las amenazas de la coalición de pandillas Vivamos Juntos, que advirtió sobre la posibilidad de tomar el control de la central de Péligre, lo que aumentaría la inseguridad y complicaría cualquier solución.
Mazarin insistió en que no se necesita diálogo, sino acciones concretas: “Deben desplegar agentes del orden, equiparlos adecuadamente para operar en Mirebalais, y la electricidad volverá a Puerto Príncipe”, afirmó. Mientras tanto, la capital permanece en la penumbra, y el país enfrenta un escenario cada vez más incierto.