En centro de detención en everglades el presidente vuelve a plantear eliminar ciudadanía automática
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender la polémica al sugerir la deportación de personas nacidas en el país, durante una visita al nuevo centro de detención apodado “Alcatraz de los Caimanes”, situado en el corazón de los pantanos de Florida.
“Creo que también deberíamos sacarlos de aquí, si quieren saber la verdad, quizá ese sea el próximo trabajo que hagamos juntos”, afirmó Trump, dejando abierta la posibilidad de expulsar a ciudadanos estadounidenses nacidos en territorio nacional, pero de ascendencia extranjera.
El comentario se produjo tras bromear con los periodistas sobre los caimanes que rodean la instalación: “Les vamos a enseñar a huir de un caimán. No corran en línea recta”, ironizó antes de partir desde la Casa Blanca.
Trump insiste en vincular inmigración con criminalidad
Durante su intervención, Trump renovó críticas a la supuesta “política de puertas abiertas” de la administración Biden, responsabilizándola del incremento del crimen y asegurando que su Gobierno está “obligado a actuar” para restaurar el orden.
“Cuando me fui, teníamos una frontera muy poderosa. No tuvimos ningún problema. Biden la abrió el primer día. La gente no podía creerlo”, afirmó.
El mandatario sostuvo que millones de personas, incluidas supuestas excarceladas de prisiones extranjeras, habrían ingresado a EE.UU. durante la gestión de Biden.
Además, advirtió que el nuevo centro albergará a “algunos de los migrantes más peligrosos, algunas de las personas más crueles del planeta”, describiéndolo como un sitio al que “no es un lugar al que quiera ir uno de excursión”.
Controvertido centro de detención intensifica debate migratorio
Las autoridades detallaron que el denominado ‘Alcatraz de los Caimanes’ cuenta con capacidad para 3.000 detenidos, será custodiado por 400 agentes de seguridad y dispone de más de 200 cámaras de vigilancia, además de un perímetro reforzado con 8.500 metros de alambre de espino, convirtiéndose en uno de los complejos de detención más controvertidos del país.
En un intento por calmar las protestas del sector agrícola, afectado por las recientes redadas masivas que han llevado al arresto de cientos de trabajadores, Trump anunció un sistema de responsabilidad para los empleadores, permitiéndoles registrar a sus trabajadores migrantes para que permanezcan en el país de manera legal y paguen impuestos, aunque sin posibilidad de obtener la ciudadanía.
“No obtienen la ciudadanía, pero sí otras cosas”, concluyó el mandatario, en un discurso que intensifica el debate sobre inmigración y derechos constitucionales en Estados Unidos.