La donación beneficiará a niños y jóvenes en condiciones vulnerables
PUNTA CANA. – En un gesto que une responsabilidad social con solidaridad real, la Asociación Dominicana de Zonas Francas (ADOZONA) entregó una donación de RD$500,000 a la Escuela Hogar Nuestros Pequeños Hermanos (NPH), ubicada en San Pedro de Macorís. El aporte se enmarca en el compromiso del gremio con causas educativas y sociales, y fue posible gracias a los fondos recaudados durante su torneo anual Adozona Business and Golf Weekend.
La entrega fue encabezada por representantes de ADOZONA y recibida por Kiernan Rigney, director nacional de NPH, junto a Rosisert Reyes, encargada de recaudación de fondos y comunicaciones de la institución. Para NPH, que atiende a niños y adolescentes en situación vulnerable, el aporte representa un respiro concreto en medio de desafíos constantes.
“Este gesto no solo es un respaldo económico. Es también una señal de que nuestro trabajo es valorado y que no estamos solos”, expresó Rigney al recibir la donación. Agregó que el dinero se destinará a mejorar condiciones básicas en el centro educativo y residencial, donde viven y estudian decenas de niños.
Por su parte, la presidenta de ADOZONA, Claudia Pellerano, destacó el enfoque humano que impulsa esta iniciativa. “En ADOZONA creemos firmemente que la educación transforma vidas. Cada año elegimos una causa que represente ese espíritu de cambio, y esta vez apostamos por una institución que realmente hace la diferencia”, sostuvo.
El torneo de golf, que ya es tradición dentro del sector empresarial, no solo reúne a líderes del mundo corporativo y promueve la integración, sino que también canaliza recursos hacia proyectos de impacto social. En esta ocasión, NPH fue la causa elegida, y según Pellerano, la decisión responde a la coherencia entre el trabajo de la escuela hogar y los valores que ADOZONA busca apoyar: educación, equidad y futuro.
La Escuela Hogar Nuestros Pequeños Hermanos no es un centro cualquiera. Es una institución que ofrece educación, cuidado y formación integral a niños y niñas que, de otro modo, quedarían fuera del sistema. Con un enfoque en valores y autosuficiencia, la escuela se ha convertido en un punto de esperanza para muchos jóvenes de la región este del país.
“El reconocimiento a nuestra labor nos da aliento. Nos permite seguir creyendo que un entorno seguro y digno sí es posible para cada niño que pasa por nuestras aulas”, expresó Rosisert Reyes.
ADOZONA ha hecho de estos aportes sociales una constante dentro de su plan de responsabilidad corporativa. Más allá de cifras y eventos, la organización se ha esforzado por mantener un vínculo real con las comunidades que rodean sus zonas de influencia.
“El desarrollo no es solo económico. También es humano, social y sostenible. Eso nos mueve como institución”, puntualizó Pellerano.
Con esta acción, ADOZONA reafirma que el sector de zonas francas tiene un papel que va más allá de la productividad industrial. Tiene rostro, tiene corazón, y tiene claro que el futuro del país también se construye desde las aulas.
La historia de la Escuela Hogar Nuestros Pequeños Hermanos, marcada por el esfuerzo diario de su personal y la resiliencia de sus estudiantes, ahora suma un nuevo capítulo. Uno donde la solidaridad empresarial le da un empujón a su misión de transformar vidas.
En tiempos donde tantas instituciones enfrentan recortes y abandono, este tipo de apoyo resulta más que oportuno. Es necesario.