Republicanos logran avance clave pese a divisiones internas y críticas sobre el contenido del proyecto
Con un resultado de 51 votos a favor y 49 en contra, el Senado de Estados Unidos aprobó el inicio del debate sobre el ambicioso paquete fiscal impulsado por el presidente Donald Trump, conocido como “Uno, Grande, Hermoso”.
El proyecto busca reducir impuestos, incrementar el gasto militar y aplicar recortes en Medicaid y en créditos tributarios destinados a energías limpias, entre otras medidas clave de la agenda republicana, recoge Europa Press.
La votación evidenció tensiones dentro del Partido Republicano, pues los senadores Thom Tillis, de Carolina del Norte, y Rand Paul, de Kentucky, se sumaron a los demócratas al votar en contra.
En la Cámara de Representantes, la propuesta ya había superado en mayo una aprobación ajustada por un solo voto (215-214), reflejando un ambiente de polarización y fragilidad en las mayorías legislativas.
El presidente Trump celebró la votación como una “gran victoria” y en un mensaje en su cuenta de Truth Social, destacó: “Espero trabajar con ellos para impulsar nuestra economía, proteger nuestra frontera y garantizar que el sistema de Medicaid ayude a quienes realmente lo necesitan”.
Trump también lanzó críticas directas a Tillis y Paul, cuestionando su lealtad al partido y anticipando posibles desafíos internos para los senadores disidentes.
Republicanos moderados lograron cambios para mitigar recortes
La división interna entre los republicanos se centró en el impacto social del proyecto, especialmente por los recortes en Medicaid y en ayudas alimentarias, así como por la eliminación de créditos fiscales a las energías limpias, en particular los que incentivan la fabricación y compra de vehículos eléctricos.
Para asegurar apoyos clave, la versión final incluye un fondo de 25.000 millones de dólares para atenuar los recortes en salud y el aplazamiento de un impuesto estatal a proveedores de Medicaid.
Trump, por su parte, intensificó sus críticas hacia los demócratas, acusándolos de querer “subir los impuestos un 68 por ciento” y dejar a las Fuerzas Armadas sin fondos suficientes.
“Los republicanos deben recordar que luchan contra un grupo de personas malvado, corrupto e incompetente”, enfatizó el mandatario en sus redes, presionando a sus legisladores a mantener la unidad con miras a la aprobación definitiva, que busca concretar el próximo 4 de julio, día de la Independencia estadounidense.
Líderes políticos y empresarios advierten sobre impacto negativo
Las críticas al proyecto de ley llegaron desde distintos frentes. El empresario Elon Musk, quien dejó la Administración estadounidense a finales de mayo, calificó la iniciativa como “descabellada y destructiva”.
Según Musk, el paquete fiscal “destruirá millones de empleos y dañará estratégicamente al país”, al priorizar ayudas a “industrias del pasado” en detrimento de sectores innovadores como la tecnología de energías limpias.
En la misma línea, el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, advirtió que la aplicación de la medida podría eliminar hasta 840.000 empleos, cifra que considera devastadora para la economía nacional.
Por su parte, agencias como Bloomberg reportaron que la jornada en el Senado estuvo marcada por la incertidumbre, ante senadores republicanos que manifestaron dudas de última hora y pusieron en riesgo el quórum necesario para aprobar el inicio del debate.
El desenlace de esta legislación, clave para el programa de Trump, podría redefinir la política fiscal, social y ambiental de Estados Unidos en un momento de gran polarización y tensiones económicas internas.