Miles marchan en Teherán por los altos mandos muertos en ataques israelíes
TEHERÁN.- Miles de iraníes tomaron las calles de Teherán este sábado para despedir a los altos mandos militares muertos durante los recientes ataques de Israel, que dejaron un saldo de más de veinte víctimas entre generales, oficiales de alto rango y científicos vinculados al programa nuclear.
La ceremonia comenzó en la céntrica Plaza de la Revolución, desde donde una multitud avanzó hacia la Plaza de la Libertad. A la cabeza del cortejo fúnebre marchaba el presidente Masud Pesezshkian, acompañado por un fuerte dispositivo de seguridad. Las consignas que se escuchaban eran claras: “Muerte a Israel” y “Muerte a América”, un reflejo del enojo popular por la alianza entre Washington y Tel Aviv, y del papel que ambos jugaron en los bombardeos de la semana pasada.
Entre los caídos homenajeados se encuentran figuras clave del aparato militar iraní, como el jefe de Estado Mayor, Mohamed Bagheri, y el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Husein Salami. Sus retratos se alzaban sobre la multitud junto a banderas negras y estandartes religiosos, en un acto cargado de simbolismo y tensión política.
La ofensiva israelí, parte de un conflicto que se extendió por casi dos semanas y que hoy se encuentra en un frágil alto el fuego, golpeó de manera directa a la cúpula del poder militar iraní. También apuntó a instalaciones nucleares, provocando daños materiales y nuevas tensiones diplomáticas en la región.
Uno de los asistentes más destacados fue el contraalmirante Ali Shamjani, asesor del líder supremo Alí Jamenei. Su presencia fue particularmente notoria, luego de que en días pasados circularan rumores sobre su muerte en uno de los bombardeos. Shamjani, que reapareció recientemente en redes sociales desde el hospital, caminó visiblemente afectado, pero firme, entre los líderes del régimen.
Las marchas fúnebres en Irán no son sólo un acto de duelo: son también una exhibición de poder y unidad nacional frente a la presión externa. Los discursos que acompañaron la jornada estuvieron marcados por la retórica de resistencia y la denuncia directa contra Estados Unidos e Israel.
Mientras tanto, en las calles, la población coreaba mensajes de venganza, en medio de un clima de tensión que, pese al cese de hostilidades, sigue lejos de calmarse. Las autoridades han prometido responder “en el momento oportuno” a lo que consideran una agresión directa a la soberanía y la seguridad del país.
Con el liderazgo militar golpeado y la indignación en aumento, Teherán envía una señal clara: la herida está abierta y la respuesta podría estar en camino.