Los misiles balísticos lanzados por Estados Unidos en estructuras nucleares de Irán desataron el demonio mundial.
Por el momento parece que la sangre se detendrá en los litorales de Israel e Irán, aunque los misiles lanzados por ambos países destruyeron y mataron a muchas personas, en su mayoría ciudadanos inocentes.
¿Cómo no se entienden las naciones del Medio Oriente castigadas a través de su historia por innumerables guerras y conflictos sociales?
Es una zona poderosamente rica y con una historia arquitectónica y paisajista fascinante que ha trascendido generaciones, atrayendo a millones de turistas alrededor del mundo.
Desde Arabia Saudita, Irán, Irak, Turquía, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Israel, Kuwait, Jordania, Líbano, Omán, Qatar, Siria, Yemen, Bahréin y Palestina. Esta región, conocida igualmente como Asia Occidental, posee petróleo, oro, ferroníquel, bauxita, uranio, entre otros minerales exportados hacia los mercados internacionales.
Estados Unidos tiene en esa zona más de 40 mil soldados en vigilancia permanente distribuidos en sus bases militares esparcidas en Qatar, Kuwait, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Egipto y Jordania, buscando de ese modo, proteger sus intereses y tradicionales aliados.
El bravucón en estos tiempos cuenta porque estamos en una guerra de persuasión y de señales, que definen en algunos casos, el éxito o fracaso de una eventual confrontación armada.
Los misiles balísticos lanzados por Estados Unidos en estructuras nucleares de Irán desataron el demonio mundial con la inmediata subida de los precios del petróleo, el temor a la agudización de la crisis económica y política en el mundo y a una hecatombe sin precedentes.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ordenó el ataque a estructuras nucleares iraníes generando un pánico mundial y el rechazo del liderazgo internacional, a la cabeza de la República Popular de China.
Un panorama geopolítico complejo y difícil de afrontar por los intereses envueltos y ante la expansión armamentista abiertamente exhibida y promovida.
Algunos cuestionan la efectividad de esos ataques de EE. UU. sobre territorio de Irán, entendiendo que la nación islámica todavía conserva intacta sus focos nucleares bien resguardados subterráneamente por décadas.
No obstante, el presidente Trump reivindicó los ataques dirigidos contra instalaciones nucleares en Irán, asegurando que pusieron punto final al conflicto con Israel como sucedió con el lanzamiento de las bombas atómicas contra Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, estructuras mediáticas norteamericanas como la cadena mundial CNN, minimizaron esos ataques indicando que:” el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Dan Caine, ofrecieron nuevos detalles sobre los ataques estadounidenses contra las instalaciones nucleares de Irán, pero no aportaron pruebas de que su programa nuclear hubiera sido “aniquilado”, como afirmó el presidente Donald Trump.
¿Y la ONU?
Arropada en un burocratismo institucional y de falta de acciones concretas para garantizar el desarme nuclear con efectividad, la Organización de las Naciones Unidas, con sede en Nueva York, tiene las manos atadas y sujetas a las decisiones geopolíticas de Estados Unidos, China y Rusia.
Sin árbitros con poderes reales de decisiones que puedan controlar esa configuración bélica, la humanidad está a merced y arrodillada ante los cañones de las potencias dueñas del planeta, enfrascadas en una tenaz lucha por la supremacía mundial.
Antiguamente el éxodo masivo de personas de un territorio hacia otro ocurría esencialmente ante una calamidad sanitaria, fundamentalmente la malaria y el dengue, ahora es para salvaguardar sus vidas ante los implacables y mortíferos misiles y bombas nucleares lanzados por las potencias armamentistas contra sus adversarios.
Después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) donde Estados Unidos lanzó sus poderosas bombas atómicas contra Japón, el artefacto más poderoso utilizado actualmente en los conflictos armados son los misiles de corto, mediano y largo alcance. Algunos supersónicos e invisibles asegurándose así un impacto sobre su objetivo más demoledor.
En este nuevo enfrentamiento bélico entre Israel e Irán se demostró la capacidad de misiles que tienen ambos países, que deberían armonizar sus diferencias respetándose mutuamente.
Aunque existe un “alto al fuego” a instancia del presidente estadounidense, Donald Trump, la tensión predomina en las fronteras de las dos naciones del Medio Oriente.
Reunión de Paz
Está previsto una reunión la semana venidera entre el liderazgo israelí e iraní convocado por Washington, pero persisten dudas de que ello se materialice por las profundas heridas que rodearon los bombardeos recientes.
Trump ha insistido ante el presidente de Israel, Benjamín Netanyahu, en buscar una salida al conflicto a través del diálogo.
También, el presidente de China, Xi Jinping, ha insistido en que la única salida al impasse entre Israel e Irán es por medio de la diplomacia.
Los misiles lanzados por los aviones iraníes ocasionaron daños severos a infraestructuras y zonas residenciales de Israel, generando las alarmas en la Casa Blanca.
Probablemente, es la primera vez que el gobierno de Netanyahu padece los rigores del poderío militar de Irán con tanta fuerza, que inclusive, Trump dijo que Irán e Israel están:” cansadosy exhaustos" por la guerra.
En ese contexto, el posible encuentro de paz se maneja con prudencia y discrecionalidad ante la complejidad de este por tratarse de dos países que tienen un poderío nuclear imposible de subestimar.
El líder supremo de Irán, el ayatola Alí Jamenei, declaró la victoria sobre Israel, a pesar de la muerte de altos líderes militares iraníes y los ataques contra instalaciones nucleares por parte de EE. UU.
Mientras que el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, confirmó que los ataques estadounidenses a las instalaciones nucleares de Irán causaron daños “extensos y graves”.
Por otro lado, se ha recrudecido nuevamente la matanza de Israel sobre Palestina, lo que obligó al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, a demandar que cesen los bombardeos contra la población civil ubicada en la Franja de Gaza.
Artículo de Manuel Díaz Aponte