La red operaba con datos robados para desviar fondos a cuentas falsas
Una operación a gran escala dejó al descubierto una red criminal que venía operando desde hace tiempo, robando identidades y vaciando cuentas bancarias. Nueve personas fueron arrestadas durante un operativo realizado en Bonao, donde fiscales y agentes del Ministerio Público llevaron a cabo 34 allanamientos simultáneos con más de 200 efectivos desplegados.
La red funcionaba con un sistema bien organizado. Accedían ilegalmente a los perfiles de clientes de una entidad financiera—todavía no se especifica cuál—y extraían datos personales para desviar dinero a cuentas controladas por ellos mismos o por terceros involucrados. Era fraude bancario en estado puro, pero ejecutado con precisión casi empresarial.
Además del dinero, durante los allanamientos se incautaron vehículos, drogas y varias propiedades adquiridas con el dinero robado. Estos inmuebles ya están bajo control del Ministerio Público, que busca recuperar lo que se pueda de los fondos desviados.
Este tipo de estafa no solo afecta a los bancos, también golpea directamente a las personas cuyos datos fueron robados. Es un crimen que desestabiliza la confianza en el sistema financiero y deja víctimas con problemas legales, financieros y emocionales.
Las autoridades aseguran que se trata de una estructura bien montada, con roles definidos y conocimiento técnico para burlar los sistemas de seguridad de las instituciones financieras. Lo que se ha visto hasta ahora, según las autoridades, podría ser solo una parte del esquema completo.
Las investigaciones siguen abiertas. Se espera identificar a más implicados y determinar el monto total del dinero robado. Mientras tanto, el Ministerio Público ya se prepara para solicitar medidas de coerción contra los arrestados en las próximas horas.
¿Qué significa esta medida?
En la práctica, lo que se logró fue frenar el funcionamiento de una red que operaba sin control, pero no se descarta que haya más personas involucradas o estructuras similares funcionando en otras zonas. Esta acción busca no solo sancionar, sino enviar un mensaje claro: el robo de identidad y el fraude digital no quedarán impunes.