Buscan consenso nacional para una postura firme ante la comunidad internacional
Santo Domingo.- El presidente Luis Abinader y el expresidente Danilo Medina se sentaron cara a cara este jueves para hablar de un tema que no da tregua: la crisis en Haití. El encuentro se dio en la Casa Presidencial del PLD y forma parte de los esfuerzos por construir una posición de Estado clara y unificada ante la comunidad internacional.

La conversación giró en torno a los últimos acontecimientos en Haití, incluyendo la evolución del conflicto, la participación de organismos como la ONU y la OEA, y la situación de la misión de seguridad encabezada por Kenia. También discutieron escenarios posibles a corto y mediano plazo. La idea es que República Dominicana hable con una sola voz en los espacios internacionales.
“Es una situación delicada y no podemos manejarla con divisiones políticas”, afirmó Abinader tras la reunión. Recordó que la crisis haitiana impacta directamente al país, y por eso ha insistido en el tema cada vez que tiene oportunidad, ya sea con los presidentes de Francia, Brasil o en foros multilaterales. “Nuestra voz no puede faltar y debe estar respaldada por un consenso nacional”, agregó.
Este acercamiento entre dos expresidentes que han estado en lados opuestos del espectro político marca un paso importante. Según el mandatario, la reunión da seguimiento al diálogo iniciado semanas atrás en el Ministerio de Defensa, con líderes políticos de distintas fuerzas.

Por el lado del gobierno acompañaron al presidente el ministro de la Presidencia, José Ignacio Paliza; Eilyn Beltrán Soto, del Gabinete Presidencial; y Daniel García Archibald, director de prensa. Del PLD estuvieron presentes figuras clave como Johnny Pujols, Temístocles Montás, Miriam Cabral y otros miembros del comité político.
Más allá de los temas internacionales, ambos líderes también abordaron algunos asuntos internos, aunque el foco estuvo puesto en Haití. La intención es clara: lograr un frente común que trascienda partidos y gobiernos, ante una crisis que sigue escalando y para la cual no hay soluciones simples.
En un momento donde la presión migratoria, la inseguridad y el colapso institucional haitiano afectan a diario a República Dominicana, este tipo de encuentros son señales de madurez política. Porque cuando lo que está en juego es la estabilidad nacional, no hay espacio para cálculos partidistas.