Surgen dudas sobre daños causados a instalaciones nucleares
El Pentágono y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) han iniciado una investigación conjunta ante la filtración de información confidencial sobre el verdadero alcance de los recientes ataques estadounidenses a instalaciones nucleares en Irán, una acción que ha generado controversia tanto dentro como fuera del gobierno.
La medida responde a la difusión de informes preliminares que indican que los daños provocados por los bombardeos habrían sido menores a lo declarado oficialmente, una versión que contradice la línea adoptada por la Casa Blanca y sus aliados en Medio Oriente.
La Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) confirmó que aún no se han realizado análisis concluyentes sobre el terreno, por lo que calificó las evaluaciones actuales como "poco fiables y prematuras".
"Los datos filtrados forman parte de un canal interno no destinado a uso público", señaló el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en declaraciones al medio Politico.
Hegseth defendió la legitimidad de la operación y cuestionó la intención detrás de las filtraciones: “Quieren hacer que el presidente luzca mal, cuando en realidad ha logrado un gran éxito militar”.
Filtración pone en entredicho narrativa oficial estadounidense
El contenido filtrado habría revelado que el nivel de daño infligido por los ataques conjuntos de Estados Unidos e Israel sería menos severo de lo afirmado públicamente. Sin embargo, Hegseth sostuvo que las evidencias internas apuntan a que el impacto fue “de moderado a severo, posiblemente grave”, aunque reconoció que aún se están recopilando datos para confirmar estos extremos.
Desde Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu ofreció una versión más categórica: aseguró que la planta nuclear de Fordo, una de las tres instalaciones atacadas, “quedó fuera de servicio”. Afirmó además que la operación militar habría retrasado en años el avance del supuesto programa de armas nucleares iraní.
Netanyahu destacó que el ataque coordinado fue una señal de fuerza y determinación frente a lo que considera un peligro inminente por parte del régimen de Teherán. “Las capacidades nucleares de Irán han sido severamente dañadas. Nuestra evaluación es clara: hemos dado un golpe decisivo”, declaró.
Mientras tanto, la investigación interna del Pentágono y el FBI busca determinar quién filtró los documentos confidenciales, con especial atención al impacto que esta revelación pueda tener sobre la estrategia militar, la percepción pública y el liderazgo político del presidente Donald Trump, quien ha defendido la operación como un hito en su política de seguridad internacional.