El parlamento iraní aprueba suspender cooperación nuclear técnica
La tensión nuclear entre Irán, Israel y Estados Unidos ha dado un giro crítico. El Parlamento iraní aprobó este miércoles un proyecto de ley para suspender la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en respuesta a los recientes bombardeos contra instalaciones nucleares iraníes y a la postura del organismo internacional, considerada parcial por las autoridades de Teherán.
La propuesta, que ahora será evaluada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional —órgano clave encabezado por el ayatolá Alí Jamenei e integrado por líderes de alto nivel del gobierno y las Fuerzas Armadas—, podría marcar el fin de una etapa de inspecciones y monitoreo del programa nuclear iraní bajo estándares internacionales.
El anuncio, que recoge Europa Press, ocurre tras la ofensiva militar lanzada el 13 de junio por Israel, a la que Estados Unidos se sumó con bombardeos adicionales el domingo, dirigidos contra instalaciones nucleares estratégicas en Natanz, Fordo e Isfahán. Según el expresidente estadounidense Donald Trump, dichas instalaciones “fueron completamente destruidas”.
Rusia condena el ataque y defiende a Irán
Desde Moscú, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, expresó su “profunda preocupación” por la decisión de Teherán y defendió que la medida es “una consecuencia directa de un ataque no provocado” por parte de Israel y Estados Unidos. “La reputación del OIEA se ha visto gravemente dañada”, advirtió.
Rusia sostiene que aún es temprano para evaluar el verdadero impacto sobre el programa nuclear iraní.
“No creemos que nadie tenga datos realistas por ahora”, dijo Peskov, aunque admitió que Moscú sigue de cerca la situación mediante canales diplomáticos con Teherán y también monitorea los intercambios indirectos entre Washington e Irán, que estaban en proceso de reanudar negociaciones nucleares interrumpidas desde 2018.
La ofensiva, coinciden analistas rusos e iraníes, podría haber sido planeada para descarrilar la sexta ronda de conversaciones bilaterales, prevista para esta semana, en busca de resucitar el acuerdo nuclear de 2015, abandonado por Trump.
Grossi propone diálogo mientras Irán acusa traición
El director general del OIEA, Rafael Grossi, intentó enfriar la crisis proponiendo una reunión “pronto” para encontrar una “salida diplomática”.
Sin embargo, la postura iraní ha sido tajante: el portavoz del Ministerio de Exteriores, Esmaeil Baqaei, lo acusó de “traicionar el régimen de no proliferación” y de convertir al OIEA en “una herramienta política” de países como Israel, que no es firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), pero posee armamento atómico.
El gobierno iraní denunció también que el informe del OIEA, publicado el 31 de mayo y utilizado por el llamado grupo E3 —Francia, Reino Unido y Alemania— junto con Estados Unidos, sirvió de base para una resolución “infundada” que acusaba a Irán de violar sus obligaciones nucleares. Dicha resolución, aprobada el 12 de junio, fue el preámbulo inmediato del ataque israelí.
Irán sostiene que su programa nuclear es pacífico y niega tener intenciones de desarrollar armas nucleares. En cambio, acusa a Occidente de doble rasero y de sabotear cualquier avance diplomático en aras de una estrategia de confrontación permanente.
Mientras el mundo observa con inquietud este nuevo capítulo, el destino del acuerdo nuclear con Irán —y con él, la estabilidad de toda la región— pende de un hilo cada vez más delgado.
