Militares interceptan a migrantes que intentaban burlar controles en el norte
El Ejército dominicano detuvo a 52 ciudadanos haitianos que entraron de forma irregular al país y trataban de esquivar los puntos de control militar en las provincias fronterizas de Montecristi y Dajabón. Las detenciones ocurrieron en distintos momentos y zonas rurales, donde los migrantes caminaban con la intención de avanzar sin ser detectados.
Una patrulla militar del destacamento Santa María, en Montecristi, localizó a 24 de ellos mientras se desplazaban a pie por un paraje apartado. No tenían documentos ni autorización para estar en territorio dominicano.
En otro operativo, 17 haitianos más fueron interceptados en Guayubín, también en Montecristi, por soldados del destacamento de Mangá. El grupo iba en movimiento cuando los militares los sorprendieron en plena ruta.
El resto, 11 personas, fueron capturadas en Dajabón, cerca del destacamento de Santiago de la Cruz. Estos también intentaban evadir la vigilancia militar, bordeando la zona para evitar el contacto directo con las autoridades.
Tras las detenciones, los 52 migrantes fueron trasladados a cuarteles del Ejército. Desde ahí, serán entregados a la Dirección General de Migración, que se encargará del proceso correspondiente, probablemente la deportación.
¿Qué significa esta medida?
Lo que el Ejército está haciendo es reforzar la vigilancia en zonas clave de la frontera noroeste, justo donde los cruces ilegales suelen multiplicarse. No es un simple patrullaje: se trata de operaciones enfocadas en interceptar migrantes que ya lograron entrar al país y que, en vez de entregarse o regularizar su situación, buscan avanzar internamente sin ser detectados.
El mensaje es claro: las autoridades están intensificando los controles para frenar la migración irregular, en especial la que se realiza por pasos informales. Al mismo tiempo, dejan claro que quienes sean detenidos serán referidos de inmediato a Migración.
Esta dinámica se ha vuelto común en las provincias limítrofes con Haití, donde el cruce fronterizo es una realidad diaria. La medida refleja la intención de controlar ese flujo, aunque sin resolver del todo el problema de fondo: la crisis migratoria haitiana y sus efectos en la región.