Una remontada épica que Shai Gilgeous-Alexander lidera con actuación memorable
En una noche cargada de emociones, los Oklahoma City Thunder hicieron historia al proclamarse campeones de la NBA 2025, tras imponerse 103-91 a los Indiana Pacers en el séptimo y decisivo encuentro de las Finales. Se trata del primer título para la franquicia desde su traslado a Oklahoma en 2008, culminando así una temporada extraordinaria bajo el mando de Mark Daigneault.
La consagración llegó en el Paycom Center, un auténtico hervidero donde más de 18,000 espectadores vibraron con cada jugada. El equipo fue liderado por Shai Gilgeous-Alexander, quien con 29 puntos, 12 rebotes y 5 asistencias se llevó el codiciado Premio Bill Russell al MVP de las Finales, confirmando su estatus como una de las figuras más dominantes del baloncesto mundial.
Pacers golpeados pero no vencidos en espíritu
El partido comenzó con gran intensidad, y los Pacers mostraron garra desde el salto inicial. Su estrella, Tyrese Haliburton, abrió el marcador con tres triples consecutivos que silenció a la afición local. Pero el destino sería cruel: a los cinco minutos del primer cuarto, una grave lesión en el tendón de Aquiles lo obligó a retirarse entre lágrimas, dejando a su equipo sin su principal motor ofensivo en el juego más importante de su carrera.
A pesar del impacto emocional, Pascal Siakam y un intrépido Andrew Nembhard mantuvieron viva la esperanza. Indiana llegó al descanso con una ventaja mínima (48-47) y el partido se mantuvo igualado hasta el tercer cuarto, cuando los Thunder soltaron toda su artillería.
El tercer cuarto cambió la historia de la final
Fue en ese periodo cuando Daigneault modificó su quinteto, enviando a Alex Caruso a la cancha en lugar de Isaiah Hartenstein, lo que desató una reacción inmediata. Un parcial de 34-20 en ese tramo inclinó definitivamente la balanza a favor del equipo local, con un despliegue colectivo que tuvo a Jalen Williams y Chet Holmgren como protagonistas clave. Este último impuso su dominio en la pintura con cuatro tapones, anulando cualquier intento ofensivo de los Pacers.
T.J. McConnell, con una brillante racha de 12 puntos consecutivos, intentó mantener con vida a Indiana, pero el esfuerzo no fue suficiente ante el poderío de Oklahoma. Aunque Bennedict Mathurin acortó la diferencia a 11 puntos desde la línea de tiros libres, los Thunder sellaron el triunfo con dos defensas decisivas que dispararon la euforia en el Paycom Center.
El camino hacia el campeonato fue arduo: Oklahoma cerró la temporada regular con 68 victorias y 14 derrotas, el mejor récord de los 30 equipos de la NBA. En los playoffs, batieron a sus rivales con autoridad hasta llegar a esta serie final que se definió en siete intensos juegos ante un rival que no se rindió jamás.Así, la franquicia que en el pasado se llamó Seattle SuperSonics, y que había sido campeona por única vez en 1979, vuelve a lo más alto del baloncesto profesional estadounidense. Esta vez, bajo su nuevo nombre y con una generación joven, talentosa y valiente, que ha inscrito su nombre en la historia de la NBA.