La Guardia Revolucionaria afirma haber golpeado 14 objetivos clave en Haifa y Tel Aviv
La tensión entre Irán e Israel alcanzó un nuevo nivel durante la noche del sábado, cuando el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) lanzó un ataque coordinado con misiles de largo alcance y enjambres de drones contra 14 objetivos estratégicos en territorio israelí, en lo que calificaron como una de sus operaciones “más efectivas y sofisticadas” hasta la fecha.
La ofensiva, informó el diario https://www.tehrantimes.com, forma parte de la 18ª oleada de la Operación True Promise III, lanzada en respuesta directa al bombardeo estadounidense contra instalaciones nucleares iraníes y a los ataques previos atribuidos a Israel. El portavoz del CGRI, general de brigada Ali-Mohammad Naini, declaró que los ataques “rompieron el equilibrio” militar del enemigo y advirtió que una 19ª oleada ya está en curso.
Entre los blancos confirmados por Irán están:
- La Torre de la Vela en Haifa, sede de los laboratorios AI12 del ejército israelí. Según Teherán, el edificio colapsó parcialmente tras impactos directos.
- La planta nuclear de Hadera y la refinería de Haifa, ambas infraestructuras críticas para la energía y defensa.
- La base aérea de Uda, donde se aloja el comando cibernético israelí.
- El centro Rafael, especializado en el desarrollo de misiles y defensa avanzada.
- La zona industrial de Kiryat Gat, clave para la producción de semiconductores.
Los ataques fueron llevados a cabo con misiles Qadr y drones kamikaze ofensivos, dirigidos con precisión a través de sistemas avanzados de navegación que, según el CGRI, lograron penetrar las defensas aéreas israelíes.
En un comunicado posterior, el general Naini explicó que el enfoque de saturación aérea —basado en “oleadas sucesivas e impredecibles”— busca agotar los sistemas de interceptación de Israel.
La 19ª oleada, ya en marcha desde la madrugada del domingo, incluye ataques simultáneos desde el norte de Galilea hasta el Néguev, con un despliegue masivo de drones.
Irán justifica la ofensiva como un acto de legítima defensa frente a lo que considera una agresión no provocada por parte de Israel y Estados Unidos. Según cifras del Ministerio de Salud iraní, los ataques previos han causado la muerte de más de 430 iraníes, incluyendo científicos nucleares, militares y civiles, además de dejar 3,500 heridos, en su mayoría mujeres y niños.
Con este ataque, el conflicto entra en una fase mucho más directa y peligrosa. La región se encuentra en estado de máxima alerta, y se espera que las próximas horas sean clave para saber si habrá una escalada aún mayor o algún tipo de contención diplomática.