Pequeños estanques cerca del ecuador habrían salvado especies
Durante la era más gélida de la historia terrestre, cuando el planeta entero se convirtió en una “Tierra Bola de Nieve”, la vida no desapareció: se refugió en charcos de agua derretida.
Asi lo determinó un nuevo estudio publicado en Nature Communications por investigadores del MIT. Sugiere que los pequeños estanques, formados en la superficie de las capas de hielo ecuatoriales, pudieron haber sido el último reducto para los eucariotas, formas de vida complejas que más tarde darían origen a plantas, animales y humanos.
La investigación se remonta a entre 635 y 720 millones de años atrás, cuando la Tierra experimentó glaciaciones planetarias extremas. En esas condiciones, la vida parecía condenada.
Sin embargo, los científicos descubrieron que en las zonas ecuatoriales, la combinación de capas de hielo delgadas, polvo oscuro y temperaturas cercanas a los 0°C favorecía la creación de pequeños charcos de agua líquida. En estos microambientes, la vida encontró la manera de persistir.
Evidencia en los hielos actuales de la antártida
Para llegar a esta conclusión, el equipo del MIT analizó estanques modernos de deshielo ubicados en la plataforma de hielo McMurdo, en la Antártida, una zona que ya en 1903 fue descrita como “hielo sucio” por la expedición del explorador Robert Falcon Scott. Las condiciones actuales de esta región se consideran análogas a las del Ecuador congelado de la Tierra primitiva.
En todos los charcos examinados, los investigadores hallaron vida eucariota diversa y abundante, lo cual sugiere que, incluso en entornos extremos, la biodiversidad puede prosperar.
Las comunidades microbianas variaban según la salinidad del agua, mostrando que la química de cada estanque influía directamente en el tipo de organismos que podían sobrevivir allí.
"Estos estanques no solo son hábitats posibles, sino que también muestran una sorprendente capacidad de sostener vida compleja y diversa", explicó Fatima Husain, autora principal del estudio. “Es una historia de resiliencia, de cómo la vida no se rinde fácilmente, incluso cuando el planeta entero parece estar en pausa”.
El gran enigma de la tierra congelada
El concepto de “Tierra Bola de Nieve” describe una época en la que el planeta estuvo casi totalmente cubierto de hielo, con temperaturas promedio cercanas a los -50 °C. Aunque aún se debate si esa cobertura fue total o parcial, lo cierto es que la supervivencia de la vida durante millones de años en ese contexto ha sido un misterio científico persistente.
Este nuevo estudio no solo aporta una pista clave sobre dónde pudo haberse refugiado la vida, sino que también refuerza la idea de que incluso en los momentos más extremos del planeta, la biología encuentra caminos inesperados para resistir y evolucionar.
Los resultados también inspiran la exploración espacial: si la vida pudo prosperar en charcos sobre hielo ecuatorial hace 700 millones de años, quizás algo similar esté ocurriendo hoy en las lunas heladas de Júpiter o Saturno.
Porque si algo nos enseña esta investigación, es que la vida, aún en el hielo, siempre busca su lugar bajo el Sol.