Aplastante segundo cuarto definió el rumbo del partido: Los Thunder sufrieron su peor noche en la final
Con una actuación electrizante y una defensa asfixiante, los Indiana Pacers destrozaron 108-91 a los Oklahoma City Thunder en el sexto partido de las Finales de la NBA, celebrado en el Gainbridge Fieldhouse.
El equipo local impuso su ley con un parcial demoledor de 36-17 en el segundo cuarto, dejando el partido prácticamente resuelto antes del descanso (64-42) y enviando la serie a un séptimo y definitivo capítulo.
El duelo, que comenzó parejo, cambió radicalmente cuando los dirigidos por Rick Carlisle apretaron el acelerador y dejaron sin respuestas al mejor equipo de la temporada regular.
Los Thunder cayeron en su peor desempeño ofensivo desde diciembre, registrando solo 91 puntos, un reflejo de la intensidad defensiva de unos Pacers que jugaron con el orgullo y la urgencia de quien se niega a caer.
Una ofensiva coral que anuló cualquier intento rival
Mientras el canadiense Shai Gilgeous-Alexander lideraba a los Thunder con 21 puntos, y Jalen Williams aportaba 16, el resto del equipo se vio completamente superado. En contraste, Indiana mostró una versatilidad ofensiva apabullante, con seis jugadores alcanzando dobles dígitos en anotación.
Brillaron Tyrese Haliburton (14 puntos, 5 asistencias), Pascal Siakam (16 puntos y 13 rebotes), y Andrew Nembhard (17 puntos), pero fueron los suplentes quienes terminaron de demoler a Oklahoma. Obi Toppin sumó 20 puntos con 4 triples y TJ McConnell firmó una hoja estadística imponente: 12 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias y 4 robos.
La intensidad fue tal que los Thunder llegaron a estar casi siete minutos sin anotar, entre el final del segundo cuarto y el ecuador del tercero, lo que permitió a los Pacers construir una ventaja de hasta 31 puntos (93-62). Oklahoma cometió 21 pérdidas, nunca encontró su ritmo, y el público de Indianápolis celebró lo que parecía una noche soñada.
Todo se define en oklahoma en juego histórico
Este resultado devuelve a la NBA una emoción que no se vivía desde 2016, cuando los Cavaliers y Warriors definieron el campeonato en un séptimo juego épico. Ahora, Indiana y Oklahoma se enfrentarán en el Paycom Center la madrugada del domingo al lunes (2:00 a.m. hora de España), por el trofeo Larry O’Brien y la gloria eterna.
Con todo igualado, las cartas están sobre la mesa. Los Pacers, impulsados por el hambre de grandeza, y los Thunder, heridos en su orgullo, se preparan para escribir el capítulo final de una serie inolvidable.