Piden que el dinero llegue a las MIPYMES, sobre todo a las lideradas por mujeres
La Federación de Mujeres Empresarias Domínico-Internacional (FEM) aplaudió la reciente decisión de la Junta Monetaria de liberar RD$81,000 millones para impulsar la economía. Sin embargo, su respaldo viene con una advertencia clara: ese dinero tiene que distribuirse de forma justa y con perspectiva de género.
El programa aprobado por el Banco Central busca inyectar liquidez al sistema financiero, generando condiciones más flexibles para el crédito y empujando el dinamismo económico en sectores clave. Para FEM, la medida es oportuna y estratégica. Pero también advierten que su impacto dependerá totalmente de a quiénes llegue el dinero.
“No se trata solo de liberar fondos, sino de garantizar que esos recursos lleguen a quienes más lo necesitan y han sido históricamente excluidos del crédito formal”, subrayó Rossy Escotto Minaya, presidenta de la organización.
El foco de FEM está en las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), especialmente aquellas lideradas por mujeres. Este sector, según la federación, enfrenta barreras estructurales de acceso al financiamiento, a pesar de su papel clave en la generación de empleos y en la estabilidad social y territorial del país.
Desde FEM insisten en que el sistema financiero, las autoridades económicas y los entes reguladores deben implementar mecanismos concretos que garanticen el acceso real a estos fondos. Proponen reglas claras, criterios diferenciados y seguimiento público de cómo se asignan los recursos.
“No podemos repetir errores del pasado, donde los grandes actores económicos captan la mayor parte del financiamiento, dejando fuera a quienes realmente sostienen las economías locales”, enfatizó Escotto.
La organización plantea establecer controles que permitan monitorear el uso de los fondos con indicadores que reflejen su impacto en distintos territorios y en los negocios dirigidos por mujeres. También piden impulsar productos financieros diseñados para la realidad de estas empresas, como parte de una visión más amplia de desarrollo inclusivo.
El mensaje de FEM es firme: el relanzamiento económico no será equitativo si se ignora a las empresarias que, con poco, han mantenido vivos cientos de pequeños negocios.
Finalmente, hacen un llamado a la ciudadanía a vigilar cómo se distribuyen estos fondos. “Es dinero público. Todos tenemos el deber de asegurarnos de que se use bien, para que esta reactivación sea justa, real y no deje a nadie atrás”, concluyó Escotto.