El Ejército dominicano intercepta contrabando y tráfico de indocumentados en la zona noroeste
Tres operativos recientes del Ejército de República Dominicana (ERD) en las provincias de Montecristi y San Juan de la Maguana han sacado a la luz un patrón de tráfico fronterizo que mezcla contrabando de mercancías y transporte ilegal de migrantes. Lo que para algunos parece una simple ruta rural, para otros es un canal para mover cigarrillos, personas y riesgos.
En el primer caso, soldados del ERD interceptaron un microbús en el tramo Santa María-Palo Blanco, en Montecristi. El vehículo, un Daihatsu gris, fue revisado tras levantar sospechas. Lo que parecía una simple inspección terminó revelando una caleta debajo del chasis, con 249 paquetes de cigarrillos de la marca extranjera Capital. En total, más de 49,800 unidades de contrabando.
El conductor, Rafael Rodríguez Muñoz, quedó detenido y será procesado por tráfico de mercancía ilegal. El vehículo y los cigarrillos fueron trasladados a la Fortaleza San Fernando y los productos entregados al Cuerpo Especializado de Control de Combustibles (CECCOM), que también se encarga del control de productos de alto consumo ilegal, como los cigarrillos.
¿Por qué importa este caso? Porque no es solo un decomiso más. Este tipo de contrabando representa pérdidas millonarias para el fisco dominicano y alimenta un mercado informal que crece en zonas vulnerables. Los cigarrillos ilegales suelen venderse a precios más bajos, sin control sanitario, y muchas veces vienen ligados a redes más amplias de crimen organizado.
Migrantes y violencia en la vía
Horas después, a más de 200 kilómetros de distancia, en San Juan de la Maguana, otro minibús fue abandonado en plena carretera. Dentro, 18 ciudadanos haitianos sin papeles. Hombres, mujeres y niños que cruzaron la frontera con la promesa de llegar a mejores condiciones, pero que terminaron en manos del Ejército.
El conductor del vehículo intentó escapar y, antes de huir a pie, sacó un cuchillo e intentó agredir a los militares. Uno de los soldados disparó al suelo como advertencia, lo que permitió asegurar a los migrantes y evitar una tragedia. El agresor sigue prófugo.
En un tercer incidente, también en San Juan, un automóvil con dos indocumentados haitianos chocó contra una cabaña al intentar evadir una patrulla militar. El conductor, Derlin Antonio Deyerol Pereyra Rosario, fue detenido en el lugar. La otra persona escapó. Los pasajeros resultaron ilesos.
Un fenómeno en expansión
Estos tres eventos, ocurridos en menos de 48 horas, son solo una muestra del tráfico irregular que ocurre a diario en las provincias fronterizas. Los operativos no son solo medidas de control: reflejan un fenómeno más profundo, donde la pobreza, la falta de regulación y la porosidad fronteriza alimentan una economía paralela.
La presión migratoria desde Haití, sumada al contrabando de productos como cigarrillos, combustibles y alimentos, mantiene a las fuerzas armadas dominicanas en alerta constante. Y lo más preocupante: cada vez se detectan más redes que operan con mayor sofisticación.
Los tres casos ya están en manos del Ministerio Público, pero la pregunta sigue en el aire: ¿cuántos logran pasar sin ser detectados?