Un nuevo modelo predice jugadas y mide defensores invisibles
Un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell ha cruzado la frontera entre la física cuántica y el baloncesto profesional. Inspirados en las leyes que rigen el comportamiento de los electrones, el equipo dirigido por el profesor Tomás Arias aplicó la teoría funcional de fluctuación de densidad (DFFT) para analizar y predecir movimientos defensivos en la NBA. Este enfoque innovador no solo permite anticipar la ubicación de los jugadores, sino también medir una fuerza invisible pero decisiva en la cancha: la gravedad de un jugador.
Este concepto, común en la jerga del baloncesto, describe la capacidad de un jugador para atraer la atención defensiva, incluso sin tener el balón. Sin embargo, hasta ahora no existía una forma precisa de cuantificarlo.
“La gravedad es un término frecuente en el baloncesto, pero cuantificarla ha sido un poco complicado”, señaló Boris Barron, autor principal del estudio publicado en Scientific Reports y actual investigador del Instituto Max Planck en Alemania.

De los electrones a las jugadas más complejas de la NBA
El equipo de Arias partió de una base sorprendente: las mismas ecuaciones que describen sistemas cuánticos complejos pueden aplicarse a sistemas humanos colectivos, como los movimientos de una multitud… o de un equipo de baloncesto.
“Primero pensé en estas ecuaciones observando multitudes en conciertos”, confesó Arias. “Luego me di cuenta de que eran exactamente las que usamos en física de muchos cuerpos”.
Gracias al acceso a datos de seguimiento de jugadores de la NBA 2022-2023, y con el impulso de Nathan Sitaraman, un coautor que entonces trabajaba como consultor de un equipo profesional, entrenaron su modelo con millones de coordenadas espaciales de partidos reales.
Ambos investigadores se centraron en momentos de media cancha justo antes de un tiro, y lograron predecir no solo las posiciones probables de cada jugador, sino también la probabilidad de que el equipo ofensivo anotara 0, 2 o 3 puntos en una jugada.
La gravedad de Curry y la sombra de Jokic
Al aplicar el modelo, los científicos identificaron patrones individuales en jugadores con más minutos jugados, incluyendo a Stephen Curry, que fue incorporado tras la presentación preliminar del estudio en la MIT Sloan Sports Analytics Conference de 2024. La audiencia no tardó en preguntar: “¿Y dónde está Steph Curry?”
La respuesta sorprendió incluso a los autores: Curry genera una gravedad comparable a la de un jugador con el balón, incluso cuando no lo tiene. “A lo largo de la línea de 3 puntos, atraía más defensa que muchos jugadores en posesión”, explicó Barron. Sin embargo, su “gravedad” disminuye ligeramente cuando se encuentra cerca del aro.
En otro ejemplo, el modelo reveló que Nikola Jokic, estrella de los Denver Nuggets, produce lo que los autores llaman gravedad no local. Su estilo de juego, basado en la visión de cancha y el pase, genera una acumulación defensiva en el lado opuesto al balón, en previsión de sus movimientos.
Hacia una inteligencia defensiva medible
Además de medir la gravedad, el grupo ahora planea explorar lo que denominan “coeficiente intelectual defensivo”: la capacidad de un jugador para anticipar jugadas antes de que ocurran. Este parámetro podría abrir nuevas puertas en el análisis de talentos defensivos.
Para Arias, el objetivo es claro: desnudar con ciencia lo que los ojos aún no pueden ver. “Si exploramos a fondo estos datos, podríamos entender qué cosas no están viendo los entrenadores”, aseguró.
Así, el baloncesto no solo se juega con el cuerpo y la táctica, sino también con ecuaciones que, hasta hace poco, pertenecían exclusivamente al universo de los átomos.Con datos de Europa Press.