Lamento que casi todos escriban sobre la bendita política nacional o internacional, casi siempre cada quien tomando partida por uno u otro de los imperios
Cada día trae un nuevo Sol, aunque lo veamos y pensemos que es el mismo, sin ningún nuevo aditamento. Así ocurre con los periódicos de papel, digitales y articulistas que a diario leemos, algunos de alta estirpe, aunque no nos gusten sus temas y enfoques.
Sin embargo, pensamos, creemos y hasta sentimos que todos escriben y analizan sobre los mismos temas, aunque esto no sea verídico.
¿Qué hacer entonces cada día cuando nos levantamos?
Pues yo sigo el derrotero de leer a los mejores articulistas del Listin Diario, Diario Libre, Acento, Hoy y de este DIARIO DIGITAL RD en que a veces escribo. Sin dejar de decir que reviso casi todos los más importantes en Internet.
Lamento que casi todos escriban sobre la bendita política nacional o internacional, casi siempre cada quien tomando partida por uno u otro de los imperios que nos gobiernan y desgobiernan.
Escriben sobre los problemas que ven en otros partidos o gobiernos, olvidándose que cuando ellos estuvieron ‘arriba’ hicieron lo mismo o peor. Condenan la ‘corrupción’ rampante atribuida al presente, olvidando las anteriores. Se colocan hasta por encima del mal y del bien, creyendo que la gente es tonta, pendeja o sabrá Dios qué otra cosa.
Todos los gobiernos, como todos los articulistas y editorialistas, tienen ‘cosas’ buenas y ‘cosas’ malas. Ni debemos bendecirlos y aprobarlos en todo lo que hacen, ni debemos descalificarlos por todo lo que no hacen o pudieron hacer.
Porque hay ‘cosas’ que solo Dios y el corazón humano las saben, aunque a veces no se puedan decir, escribir o hacer.
¿Acaso los presidentes no saben que, hace falta mejorar los sistemas acuíferos, salud, eléctricos y educativos en este y en todos los países del planeta? Sí lo saben.
Pero ellos saben también, mientras los lectores o ciudadanos lo desconocen, que hace falta mucho dinero y tiempo, contar con profesionales de absoluta integridad y menos corrupción para enfrentar esos problemas cardinales de cada país.
Hoy día muy pocos se dedican a ‘enseñar y educar’ a los obreros y campesinos. Hoy día pocos se atreven a criticar a maestros que incumplen sus obligaciones, beben alcohol en cualquier esquina o a médicos e ingenieros atípicos que aspiran hacerse ricos de la noche a la mañana. Hoy día parece que todos estamos de acuerdo en ver, escuchar y opinar sobre el caótico tránsito vial, la destrucción de bosques y fuentes de agua, los bajos salarios, y nada de cumplir las leyes y nuestras propias obligaciones ciudadanas.
Todos queremos más ‘entradas’ económicas y menos labores que atender. Todos queremos más días feriados, shows artísticos y loterías, con más dinero en los bolsillos pero sin trabajar.
Y entonces llegamos a los tristes episodios de ver a criollos hacer hasta lo imposible para irse a Puerto Rico, Nueva York o Europa dizque para trabajar duro, ahorrar y regresar al solar patrio, cuando nada de eso se consigue por allá.
Y, por supuesto, veremos entonces llegar a los vecinos haitianos haciendo lo mismo hacia nuestro país, para laborar ‘en lo que sea’, pues su país desde 1804 ha sido y es un verdadero infierno. Aquí por lo menos sobreviven unos años mas y pueden hasta enviar algunas remesas a quienes dejaron en Haití sumidos en la más cruel y desgarradora situación que ojos humanos hayan visto.
Situación que las potencias EU, Canadá, Francia y otras no quieren enfrentar con responsabilidad y solidaridad, dejando que sea República Dominicana la que cargue con tan pesado como absurdo problema.
Y a esas potencias, como a los que critican al actual gobierno por hacer valer nuestras leyes, hay que decirles que NO, que ya está bueno de que nuestro pobre país siga cargando con los problemas de todo género del vecino Haití, que, por cierto, nunca ha tenido palabras de agradecimiento y amistad hacia nosotros cuando ‘algo’ le hemos enviado. Todo lo contrario, ellos, los ricos, mandantes y ciudadanos comunes haitianos insisten en denunciarnos como xenófobos, racistas y otros epítetos que solo a ellos mismos se les deben endilgar.
17 de junio de 2025.
