El ministro de Educación apuesta por una gestión con enfoque técnico y participativo
En su primer encuentro oficial con el Consejo Nacional de Educación (CNE), el ministro de Educación, Luis Miguel De Camps, trazó el mapa de ruta para el año escolar 2025-2026. No fue solo una presentación de buenas intenciones: llegó con una propuesta clara, medidas concretas y una visión estructurada para enfrentar los retos del sistema educativo.
El énfasis estuvo en la organización anticipada. De Camps habló de logística, planificación y, sobre todo, de calidad. Uno de los puntos centrales fue la cobertura de vacantes docentes a través del banco de elegibles, un mecanismo que busca agilizar y transparentar la contratación de maestros. También se refirió a la planificación curricular y a la distribución oportuna de materiales y recursos pedagógicos, dos frentes clave para evitar el caos de cada inicio de clases.
Para garantizar que las cosas no se queden en el papel, el ministro anunció la creación de una comisión especial de seguimiento. Esta será coordinada por el Viceministerio de Servicios Técnicos y Pedagógicos y tendrá como tarea fiscalizar los preparativos del nuevo ciclo escolar.
Pero la reunión no fue solo operativa. De Camps dejó claro que su modelo de gestión tendrá cinco ejes: estudiantes, docentes, familias, sociedad civil y servidores públicos, con énfasis en el personal del propio Ministerio de Educación. Según explicó, estos pilares nacen de un proceso de consulta llevado a cabo durante la transición de gobierno, y reflejan una apuesta por una gobernanza más participativa y orientada a resultados.
Uno de los anuncios que más atención generó fue la declaración de la Evaluación del Desempeño Docente como una prioridad nacional. Esta decisión, formalizada en la Orden Departamental 50-2025, marca un giro importante: busca establecer criterios técnicos, objetivos y transparentes para medir y mejorar la calidad del cuerpo docente. La medida implica que el Estado se tomará en serio la evaluación del trabajo de los maestros, no como castigo, sino como herramienta para el desarrollo profesional y la mejora del sistema.
También se puso sobre la mesa una propuesta para fortalecer la enseñanza de Educación Moral y Cívica. La idea es incluir una hora semanal de esta materia desde segundo ciclo de Primaria hasta Secundaria. El objetivo: reforzar los valores democráticos y la formación integral de los estudiantes. El Consejo acordó convocar una sesión extraordinaria en julio para definir cómo se implementará este cambio en el currículo nacional.
Al final del encuentro, De Camps reafirmó su intención de convertir al CNE en un espacio de diálogo real y toma de decisiones conjuntas. Su intervención cerró con una promesa: que la educación deje de ser un campo de improvisaciones y pase a ser una política de Estado con visión de largo plazo.
En el mismo acto, Oliver Carreño Simó fue juramentado como nuevo secretario del Consejo, y el ministro de Cultura y Comunicación, Roberto Ángel Salcedo, se integró formalmente como miembro del órgano colegiado.
Con este primer paso, el ministro no solo marca el tono de su gestión. También lanza el mensaje de que el inicio del próximo año escolar no será simplemente una fecha más en el calendario, sino un esfuerzo planificado que busca dar respuesta concreta a los desafíos de siempre.