San Francisco refuerza su ofensiva con el estelar tercera base dominicano
Boston.- Rafael Devers ya no vestirá el uniforme de los Medias Rojas. El tercera base dominicano fue adquirido por los Gigantes de San Francisco, en una jugada que sacude el panorama de la Liga Nacional. El movimiento busca darle a los californianos un impulso real en su carrera por el título del Oeste, donde la pelea está más viva que nunca.
A sus 28 años, Devers suma experiencia, poder y consistencia. Nueve temporadas en Boston, más de 200 jonrones, tres convocatorias al Juego de Estrellas, dos Bates de Plata y un anillo de campeón de la Serie Mundial en 2018 lo respaldan. Su línea ofensiva de por vida —.279 de promedio, .349 en porcentaje de embasarse y .510 de slugging— lo coloca entre los mejores bates zurdos de su generación. Tiene además un OPS+ de 128, lo que indica que ha sido 28% más productivo que el promedio de la liga a lo largo de su carrera.
Para San Francisco, se trata de una pieza clave. Devers se une a Matt Chapman y al también dominicano Willy Adames, formando una parte media del orden al bate temible. Los Gigantes están claramente decididos a competir ya, y este cambio lo confirma.
Pero la historia no termina ahí. La primera serie de Devers con su nuevo equipo será precisamente contra sus ex compañeros de Boston, cuando los Medias Rojas visiten el Oracle Park este fin de semana. Será un reencuentro con sabor a revancha —aunque sea temprano en la temporada— y uno de esos duelos que de pronto ganan atractivo extra.
Del lado de Boston, el canje no es menor. El equipo recibe a Jordan Hicks y Kyle Harrison. Hicks, un relevista que se ha reconvertido en abridor, ofrece versatilidad y potencia en el montículo. Por su parte, Harrison, con apenas 23 años, fue considerado el prospecto número 11 de MLB Pipeline en 2023. Es zurdo, tiene buena velocidad y apunta a ser una pieza importante en la rotación detrás de Garrett Crochet, quien hoy por hoy carga con la responsabilidad del staff.
La salida de Devers marca el fin de una era en Fenway, pero también un nuevo comienzo para ambas franquicias. Los Gigantes apuestan al presente. Los Medias Rojas, al futuro. El diamante dirá quién acertó.