Israel reporta daños leves y seis heridos tras el contraataque iraní
El conflicto entre Irán e Israel ha cruzado una nueva línea roja. Desde el pasado viernes, una ofensiva aérea israelí ha dejado al menos 224 muertos y más de 1.250 heridos en territorio iraní, según cifras oficiales del Ministerio de Sanidad de Irán. Del total de víctimas, más del 90% son civiles, según denunció el portavoz de la cartera sanitaria, Hosein Kermanpur.
A través de un mensaje en la red social X, Kermanpur detalló que hay 1.481 personas entre muertos y heridos hospitalizados. De ese total, 522 ya recibieron el alta médica, mientras que 224 —entre ellos mujeres, hombres y niños— perdieron la vida. “Tras 65 horas de agresión del régimen sionista… más del 90 por ciento son civiles”, escribió.
El portavoz también lanzó duras críticas a la narrativa israelí que insiste en que los ataques se centran exclusivamente en blancos militares. “Ese falso lema de que el pueblo iraní no es el objetivo no se sostiene ante esta masacre”, dijo. E hizo un llamado abierto a la comunidad médica internacional para que actúe: “Como médico, pido a mis colegas del mundo de habla persa que ayuden a detener este genocidio”.
Objetivos estratégicos
Israel no ha confirmado oficialmente la magnitud de sus ataques, pero fuentes de defensa señalaron que las ofensivas apuntaron a instalaciones nucleares y centros de mando militar. El objetivo, según estos reportes, sería eliminar a altos mandos del ejército iraní y destruir fábricas de armamento.
Además, aseguran haber logrado “superioridad aérea” sobre territorio iraní, lo que les permite actuar con mayor libertad en ataques preventivos. No es la primera vez que Israel apunta a instalaciones militares iraníes, pero sí es una de las ofensivas más contundentes de los últimos años, y la más mortal en términos de víctimas civiles según datos iraníes.
La respuesta de Teherán: drones y misiles
La reacción de Irán no tardó en llegar. En respuesta a los bombardeos, lanzó decenas de misiles y drones hacia territorio israelí durante el fin de semana. La ofensiva dejó seis personas con heridas leves y daños menores en infraestructura en el norte y sur de Israel.
Según el ejército israelí, la mayoría de los proyectiles fueron interceptados por los sistemas de defensa aérea. En Haifa, un misil balístico logró impactar, dejando a dos personas heridas por los restos del artefacto. Otras cuatro personas resultaron con lesiones menores en una localidad del sur del país.
“El sistema de defensa aérea y nuestros buques lanzamisiles han estado en operación constante para interceptar y eliminar las amenazas”, informaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). También confirmaron haber interceptado más de cien drones procedentes de Irán.
La población israelí fue alertada a través de sus teléfonos móviles para resguardarse en zonas protegidas. La orden fue levantada horas después, cuando el ejército consideró que la amenaza inmediata había pasado. Aun así, los equipos de rescate siguen activos en varias regiones del país.
Tensión sin tregua
Este intercambio de fuego es uno de los más intensos en años y plantea un nuevo nivel de confrontación directa entre dos potencias regionales con una larga historia de tensiones. Aunque hasta ahora los choques habían sido indirectos o a través de terceros países y milicias aliadas, este episodio marca un paso más hacia una confrontación abierta.
Mientras Irán contabiliza muertos y lanza advertencias sobre lo que considera un “genocidio”, Israel defiende su derecho a neutralizar amenazas estratégicas. En medio, civiles de ambos lados pagan el precio más alto.
Por ahora, la comunidad internacional observa con cautela, temiendo que este cruce de ataques no sea un punto final, sino el principio de una nueva espiral de violencia.