Una nueva vía contra ciclones tropicales más destructivos desde etapas tempranas
NUEVA YORK.-Una propuesta revolucionaria busca frenar la fuerza destructiva de los ciclones tropicales antes de que se conviertan en amenazas reales. Investigadores de la Universidad Nacional de Australia (ANU) han demostrado, mediante simulaciones avanzadas, que rociar aerosoles en la atmósfera podría debilitar significativamente estos fenómenos meteorológicos desde sus primeras fases de formación.
La investigación, publicada en la revista científica Journal of Geophysical Research: Atmospheres, está liderada por la profesora asociada Roslyn Prinsley, quien asegura que el cambio climático está intensificando la potencia de los ciclones, y por tanto, urge desarrollar soluciones disruptivas para mitigar su impacto.
“Hemos probado lo que nadie antes: intervenir antes de que el ciclón se forme por completo. Los resultados muestran que es posible reducir su intensidad desde los inicios del vórtice”, afirmó Prinsley.
Distintos tamaños de aerosoles generan efectos contrastantes
El estudio detalla que los aerosoles gruesos logran amortiguar la aceleración del vórtice ciclónico, mientras que los aerosoles finos o ultrafinos, aunque inicialmente lo potencian, terminan debilitándolo aún más en etapas posteriores.
Esta interacción se basa en cómo las partículas suspendidas modifican la formación de nubes, la liberación de calor y el comportamiento térmico de la atmósfera.
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A diferencia de intentos anteriores para manipular tormentas ya desarrolladas —que fracasaron por falta de precisión predictiva—, este nuevo enfoque se concentra en entender los procesos microfísicos de inicio.
“Ahora podemos simular con fidelidad cómo cada tipo de aerosol afecta al sistema ciclónico”, explica Prinsley.
Pruebas en computadora podrían dar paso a campo real
Aunque las pruebas se limitan por ahora a simulaciones por computadora, el equipo de ANU ya considera futuras fases de experimentación directa. Uno de los mayores desafíos sería dispersar los aerosoles a gran escala, tarea que requeriría varias aeronaves coordinadas en cuestión de horas.
La investigadora también colabora con la startup Aeolus, radicada en Silicon Valley y enfocada en intervenir ciclones antes de que amenacen vidas humanas. Su cofundador, Koki Mashita, subraya la urgencia de actuar:
“Si no hacemos nada, los seguros se volverán impagables, y millones de personas quedarán expuestas. Esto es más que ciencia, es una necesidad económica y humanitaria”.
El equipo advierte que aún es temprano para ensayos sobre ciclones reales, ya que es fundamental refinar los modelos y confirmar que los efectos observados son resultado de la intervención, y no simples fluctuaciones naturales.
Pero, de confirmarse en el mundo real, estaríamos ante una posible herramienta climática para salvar vidas en una era de ciclones cada vez más intensos.
Otras estrategias para debilitar ciclones tropicales
Con anterioridad, los científicos han propuesto diversas estrategias experimentales y teóricas para debilitar ciclones tropicales, aunque la mayoría se encuentran en fases de simulación o estudio preliminar.
A continuación algunas de las más destacadas:
1. Enfriar la superficie del mar
Objetivo: Reducir la temperatura del océano, ya que los ciclones se alimentan del calor del agua. El método sería usar burbujas artificiales, mezcladores verticales o incluso tuberías oceánicas para traer agua fría de las profundidades hacia la superficie. Esta estrategia tiene el desafío de que sería necesario enfriar grandes áreas de mar, lo cual requiere mucha energía y puede alterar ecosistemas marinos.
2. Rociar aerosoles o partículas reflectantes
Objetivo: Alterar la formación de nubes o reflejar radiación solar para enfriar regiones estratégicas. El estudio de la ANU uso aerosoles de distintos tamaños (gruesos y finos) para debilitar vórtices en formación.
3. Bombardeo aéreo con yoduro de plata (siembra de nubes)
Objetivo: Provocar precipitaciones anticipadas en las bandas exteriores del ciclón para debilitar su núcleo. En los años 60 y 70, EE.UU. ejecutó el Proyecto Stormfury, que trató de modificar huracanes sembrando nubes con yoduro de plata. Este esfuerzo no logró resultados consistentes ni claros, y el proyecto fue cancelado por falta de evidencia científica sólida.
4. Creación de barreras artificiales o burbujas de aire
Objetivo: Disipar la energía del ciclón en zonas clave usando tecnología estructural. Propuso utilizar redes submarinas, estructuras inflables o generadores de burbujas para cambiar patrones de calor en el océano. Esta estrategia enfrentó críticas ya que sus soluciones implican logísticas enormes y un alto riesgo ambiental.
5. Manipulación por microondas o láser desde satélites
Objetivo: Alterar el equilibrio térmico en la atmósfera desde el espacio. El problema es que la cantidad de energía necesaria sería astronómica, y los riesgos geopolíticos y climáticos son altos. Por ahora, solo es una idea en algunos círculos de investigación aeroespacial.
Casi todas estas propuestas están en fase experimental o enfrentan problemas éticos, técnicos y ecológicos. Muchos expertos insisten en que la mejor estrategia sigue siendo el fortalecimiento de sistemas de alerta temprana, urbanismo resiliente, y reducción de emisiones que alimentan el cambio climático.