Los Thunder ceden terreno tras intensa batalla en Indiana
Indianápolis se vistió de gala este jueves para recibir, 25 años después, un partido de Finales de la NBA. Y los Indiana Pacers no decepcionaron. Con un vibrante triunfo 116-107 sobre los Oklahoma City Thunder, los de Rick Carlisle se colocaron arriba 2-1 en la serie, respaldados por una actuación estelar del escolta canadiense Bennedict Mathurin, quien anotó 27 puntos en solo 22 minutos saliendo desde la banca.
El Gainbridge Fieldhouse fue una caldera repleta de entusiasmo. Luego de dividir victorias en los dos primeros juegos en Oklahoma, los Pacers aprovecharon su regreso a casa para recuperar el factor cancha, gracias a un banquillo que superó ampliamente al del rival y a la constante agresividad de su base titular, Tyrese Haliburton (22 puntos, 9 rebotes y 11 asistencias), quien marcó el ritmo desde el salto inicial.
El segundo cuarto marcó el punto de inflexión decisivo
Aunque los Thunder empezaron con fuerza, destacándose Chet Holmgren con 13 puntos en el primer cuarto y la puntería exterior de Luguentz Dort, el juego cambió cuando el suplente T. J. McConnell ingresó en el segundo cuarto.
Sin necesidad de anotar mucho, su energía y dirección ofensiva le dieron vuelta al marcador y permitieron que Indiana se fuera al descanso cuatro puntos arriba.
Los de Oklahoma intentaron reaccionar en el tercer cuarto con una defensa más intensa y liderazgo de Jalen Williams, recortando diferencias y bajando la producción ofensiva local a solo 20 puntos en ese período. Pero en los minutos finales, la profundidad y frescura del roster de Indiana se impusieron.
Indiana queda a solo dos victorias del campeonato
En la recta final, Mathurin volvió a encenderse y lideró la ofensiva local para sellar una victoria que los coloca a solo dos pasos del anhelado primer título de su historia.
El cuarto juego será este domingo, nuevamente en Indiana, donde los Thunder están obligados a ganar para evitar ponerse contra las cuerdas.
Los Pacers, por su parte, sueñan cada vez más fuerte. Su afición lo sabe. Y ahora el campeonato ya no parece una utopía.