Netanyahu justifica el ataque a instalaciones nucleares iraníes
Israel lanzó la madrugada del jueves una ofensiva aérea de gran escala contra Irán, apuntando a decenas de instalaciones militares y nucleares, según confirmaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). El ataque marca un giro drástico en la tensión entre ambos países, que ya venía escalando en los últimos meses.
El operativo —denominado “Am Kalavi”— arrancó con una serie de bombardeos en Teherán y otras regiones del país persa. Entre los blancos atacados se encuentran las instalaciones nucleares de Natanz, en el centro de Irán, según confirmaron medios iraníes como Press TV. También se reportaron impactos en Khandab, Khorramabad y zonas residenciales de la capital iraní.
La justificación de Israel fue clara y directa: “Irán está más cerca que nunca de tener un arma nuclear”, publicó el Ejército israelí en su cuenta oficial en X. Para las autoridades israelíes, se trata de una amenaza que ya no podían seguir tolerando.
“Es un momento decisivo de la historia”, dijo el primer ministro Benjamin Netanyahu en un mensaje grabado, en el que defendió el ataque como un acto necesario para “proteger al pueblo israelí”.
Como parte de la respuesta defensiva, el gobierno de Israel declaró el estado de emergencia en todo el país y ordenó suspender las actividades no esenciales. Se prevé que Irán reaccione con represalias en forma de misiles y drones, según advirtió el ministro de Defensa, Israel Katz.
El impacto del ataque también se hizo sentir en la aviación civil. El aeropuerto Imán Jomeini de Teherán suspendió todos sus vuelos hasta nuevo aviso, mientras el sistema de defensa aérea iraní fue activado tras la incursión de cazas enemigos en su espacio aéreo.
El contexto internacional complica aún más la situación. El expresidente estadounidense Donald Trump, en declaraciones recientes, insinuó la posibilidad de un ataque “preventivo” si Irán seguía avanzando en su programa nuclear. Esto ocurre a pocos días de una ronda de negociaciones entre Teherán y Washington en Mascate, Omán.
Este ataque deja claro que la crisis nuclear con Irán ha entrado en una fase peligrosa. La comunidad internacional observa con preocupación un conflicto que podría tener consecuencias imprevisibles en toda la región.