UNICEF advierte sobre desigualdad, maltrato y falta de juego en la niñez
SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA – 11 de junio de 2025. – Aunque las cifras muestran avances, la realidad detrás del trabajo infantil en República Dominicana sigue siendo compleja. Según el más reciente informe de UNICEF y la OIT, 138 millones de niños trabajan en el mundo, y 54 millones lo hacen en condiciones peligrosas. La meta de eliminar el trabajo infantil para 2025 está lejos de cumplirse.

El informe, publicado en vísperas del Día Mundial contra el Trabajo Infantil (12 de junio), revela que millones de niños y niñas siguen privados de educación, juego y un entorno seguro. En este contexto, UNICEF relanza el “Mes de la Crianza” bajo el lema “Criar a los Padres”, destacando el juego como herramienta clave contra la violencia.
En República Dominicana, los números bajan pero los retos siguen
En el país, el trabajo infantil bajó de 6.7 % en 2014 a 3.8 % en 2019, según la encuesta ENHOGAR-MICS. Pero detrás de esta baja hay brechas persistentes:
- Hay más niños (4.6 %) que niñas (3.0 %) trabajando.
- Los menores de 5 a 11 años son los más afectados (5.4 %).
- En zonas rurales, la tasa sube a 4.9 %, frente a 3.4 % en áreas urbanas.
- Entre los más pobres, la cifra es alarmante: 8.9 %.
- El 16.8 % de los niños que trabajan no va a la escuela.
Y lo más grave: muchos de estos niños realizan tareas peligrosas, sobre todo en el campo. Entre 2016 y 2022 se registraron más de 3,400 casos de menores en situación de calle o víctimas de trabajo infantil extremo. El pico fue en 2019, con 1,685 casos.
“Los niños deben estudiar, no trabajar”
El informe de UNICEF y la OIT enfatiza que los avances son posibles cuando hay inversión en protección social, empleo digno y educación gratuita. Pero advierten: no es momento de relajarse.
“Hay demasiados niños fuera de la escuela y en condiciones peligrosas. Muchas veces, esto es el resultado directo de la pobreza y la falta de oportunidades”, dice Anyoli Sanabria, representante adjunta de UNICEF en el país.
Entre las acciones clave que proponen las agencias están:
- Ampliar la protección social para familias vulnerables.
- Reforzar los sistemas de protección infantil.
- Garantizar educación gratuita y accesible, sobre todo en zonas rurales.
- Generar empleo digno para jóvenes y adultos.
- Hacer cumplir la ley y exigir cuentas a las empresas.
Gilbert Houngbo, director general de la OIT, fue claro: “Los niños deben ir a la escuela, no a trabajar. Para eso, sus familias necesitan apoyo real”.
El derecho al juego, una deuda pendiente
Más allá del trabajo infantil, UNICEF pone la lupa sobre otro tema ignorado: el juego. En el Día Internacional del Juego (11 de junio), la organización relanzó su campaña de crianza positiva, con una propuesta directa: “Elige jugar – Todos los días”.
El juego no es solo ocio. Es una necesidad vital para el desarrollo físico, emocional, cognitivo y social. Sin embargo, millones de niños en el país no acceden a él.
Según un análisis de UNICEF sobre violencia infantil en República Dominicana, 6 de cada 10 niños de entre 1 y 14 años han sido criados con métodos violentos. Castigos físicos, gritos, humillaciones. Lo más preocupante: esta realidad no cambia entre campo y ciudad.
Entre 2021 y 2022, los casos de maltrato físico reportados por el sistema de salud pública aumentaron un 50 % en menores de 10 años.
Sanabria resume la situación con una frase directa: “No se trata solo de corregir comportamientos. Se trata de transformar el entorno emocional donde los niños crecen”.
La crianza como acto de cambio
El enfoque de UNICEF va más allá de denunciar. Busca transformar la mirada social sobre la crianza. Promueve una crianza positiva: con afecto, límites claros, sin gritos ni golpes.
“Educar sin miedo, sin violencia, es posible. Pero necesitamos enseñar también a quienes crían”, apunta Sanabria.
El llamado es claro: romper los ciclos de violencia y apostar por modelos de crianza donde el juego tenga un lugar central. Para ello, UNICEF recomienda:
- Crear programas de crianza basados en el juego.
- Asegurar educación inicial con enfoque lúdico y afectivo.
- Proteger espacios seguros para jugar, incluso en contextos de crisis.
- Promover una educación participativa, que fomente la empatía y la cooperación.
Una meta posible, pero no automática
El informe cierra con una advertencia: si bien se han logrado avances, no se puede cantar victoria. La erradicación del trabajo infantil y la creación de entornos seguros y afectivos para la niñez son metas alcanzables, pero requieren voluntad política, inversión sostenida y compromiso real.
Sin apoyo a las familias, sin empleos dignos, sin sistemas de protección efectivos y sin una apuesta seria por la educación y el juego, la infancia seguirá en deuda.
Porque, como recuerda UNICEF, un niño que juega y aprende es un niño que está protegido. Y eso, en cualquier sociedad, debería ser lo mínimo.