El malware móvil crece sin freno; troyanos bancarios y apps falsas lideran los ataques
Los celulares dejaron de ser simples teléfonos hace tiempo. Hoy, concentran buena parte de la vida financiera, personal y laboral de millones de personas. Y eso no ha pasado desapercibido para los ciberdelincuentes. Entre enero y marzo de 2025, más de 12 millones de smartphones fueron blanco de ataques con malware, según un informe reciente de Kaspersky. La cifra representa un aumento del 36% respecto al trimestre anterior. Pero eso no es todo: se detectaron 180,000 archivos maliciosos, un crecimiento del 27% en comparación con el cierre de 2024.
El informe “Evolución de las amenazas informáticas en el primer trimestre de 2025” confirma lo que muchos expertos ya venían advirtiendo: la tendencia es clara y sostenida. Desde mediados del año pasado, los ataques móviles van en aumento. El blanco predilecto sigue siendo el sistema operativo Android, por su mayor apertura y presencia global.
Uno de los principales responsables del alza fue Mamont, un troyano bancario que se hace pasar por apps legítimas para robar datos sensibles: desde credenciales bancarias hasta mensajes privados. También han circulado aplicaciones falsas ligadas a estafas de dinero, disfrazadas como juegos o servicios gratuitos.
Otra amenaza destacada es el backdoor Triada, que fue descubierto preinstalado en smartphones falsificados de marcas populares. El malware se instala antes de que el equipo llegue a manos del usuario. Una vez activado, puede modificar direcciones de billeteras de criptomonedas, interceptar mensajes y controlar apps de mensajería o redes sociales.
A inicios de este año surgió un nuevo troyano que se hace pasar por una app para ver películas y series gratis. Tras instalarse, obtiene permisos de administrador y utiliza accesos de accesibilidad para que los atacantes puedan tomar el control del dispositivo. Desde ahí, pueden robar mensajes y otros datos sin que el usuario se entere.
En Asia, los usuarios enfrentaron el troyano bancario RewardSteal, que prometía recompensas en dinero a cambio de datos personales. También se detectaron variantes como UdangaSteal y SmForw.ko, especializados en redirigir mensajes de texto a terceros.
Una falsa sensación de seguridad
“Muchos creen que sus smartphones son más seguros que las computadoras, pero la realidad es otra”, explica Fabio Assolini, director del Equipo Global de Investigación y Análisis para América Latina en Kaspersky. “Hoy, la mayoría de las operaciones financieras se hacen desde apps móviles. Eso convierte al teléfono en el objetivo número uno para los atacantes”.
Assolini también advierte sobre la confianza ciega en las tiendas de aplicaciones y las restricciones del sistema operativo. “El malware moderno ya no necesita que el usuario haga clic en un enlace dudoso. Hay troyanos que vienen preinstalados o que logran colarse incluso en las tiendas oficiales, como ocurrió con SparkCat, que robaba capturas de pantalla y burló los filtros de seguridad”.
Cómo protegerse sin paranoia, pero con criterio
El crecimiento de las amenazas no es un callejón sin salida. Para los expertos, también es una oportunidad para mejorar los hábitos de ciberseguridad. No todo depende del antivirus; el comportamiento del usuario juega un papel clave.
Las recomendaciones son claras:
- Descargar apps solo desde tiendas oficiales como Google Play o Apple App Store. Aunque no son infalibles, sí ofrecen un mayor control.
- Revisar comentarios y valoraciones antes de instalar. Si una app parece sospechosa, probablemente lo sea.
- Prestar atención a los permisos que solicitan las apps. Si una calculadora pide acceso a tus mensajes o a la cámara, es mejor no instalarla.
- Actualizar el sistema operativo y las apps esenciales. Muchas brechas de seguridad se corrigen con actualizaciones que los usuarios suelen ignorar.
- Usar soluciones de seguridad móvil confiables. Kaspersky Premium, por ejemplo, ofrece protección en tiempo real, incluso contra amenazas que se disfrazan de apps legítimas.
El móvil es la nueva puerta de entrada
La seguridad digital ya no es opcional. A medida que crecen las funcionalidades de los teléfonos, también lo hace su valor para los atacantes. Y aunque los sistemas operativos mejoran, los métodos de engaño también evolucionan. Hoy, tener el control de un smartphone es casi tener el control de la vida entera de una persona. Vale la pena estar alerta.
