La formación técnica transforma realidades de reclusos dominicanos en prisión recuperando dignidad a través del trabajo
Santo Domingo. – Tras los muros de concreto, entre barrotes y rutinas marcadas por el encierro, más de 900 personas privadas de libertad han encontrado en la formación técnica una vía para la transformación personal y la esperanza concreta de un nuevo comienzo.
Durante los últimos cinco años, el INFOTEP ha desplegado un programa de capacitación en coordinación con la Procuraduría General de la República y la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales (DGSPC), cumpliendo con lo establecido en la Ley 113-21, que concibe el trabajo penitenciario como eje central de la rehabilitación.
El impacto de esta iniciativa fue palpable durante la reciente Tercera Feria Artesanal y de Producción del Sistema Penitenciario, donde decenas de reclusos y reclusas exhibieron muebles, calzados, ropa, carteras, bisutería y artículos decorativos elaborados en los talleres de los centros de corrección, como una muestra clara de que la formación transforma, dignifica y reintegra.
“Estamos eternamente agradecidos con Rafael Santos Badía y el INFOTEP por su respaldo. Hoy hay reclusos en medio libre y otros autorizados a trabajar. Producen con sus manos y con gran calidad”, declaró Roberto Hernández Basilio, director general de la DGSPC.
La formación técnica les permite sostener hogares desde prisión
Uno de los testimonios que más resonaron en la feria fue el de Ángela Campusano, de 41 años, interna del CCR-2 Najayo Mujeres, quien ya ha completado 52 cursos técnicos con el INFOTEP.
“Con lo que hago mantengo a mi familia, pago los estudios de mis hijos y me sustento. Además, doy clases a niños de San Cristóbal. Aquí encontré un propósito que nunca imaginé alcanzar en libertad”, afirmó.
También se destacó el relato de Herna Beriguete, de 31 años, quien encontró en la costura una forma de sanación mental y apoyo familiar:
“Aprender aquí me ha hecho sentir libre, con la mente despejada. Con lo que gano, ayudo a mis hijos y a mi madre”.
Por su parte, Humberto Ogando, de 42 años, ve el futuro con mirada de emprendedor:
“Gracias a lo aprendido con INFOTEP, ya pienso en mi propio negocio. He elaborado cofres y canastas de guano, y siento que tengo herramientas para salir adelante dignamente”.
La feria penitenciaria mostró arte, talento y compromiso con el cambio
Durante la actividad, celebrada en el Pabellón de las Naciones del Centro de los Héroes, la procuradora Yeni Berenice Reynoso destacó que la reinserción no es solo un ideal, sino un mandato legal que el Estado asume con responsabilidad:
“No se trata solo de modernidad, sino de cumplir con la ley. Relanzaremos 15 iniciativas clave en favor del sistema penitenciario”.
El evento también incluyó una orquesta conformada por internos, presentaciones de baile y un desfile de moda con prendas diseñadas dentro de los centros, confirmando que detrás de cada uniforme carcelario hay un ser humano con talento y capacidad de aportar.
El 60 % de los expositores fueron mujeres, muchas de las cuales ya generan ingresos que son reinvertidos en los centros, promoviendo un modelo de autosostenibilidad y reintegración real.
Lo vivido el pasado 23 de mayo fue mucho más que una feria: fue una afirmación colectiva de que la libertad empieza en el alma, y que con educación, voluntad y apoyo institucional, la cárcel puede ser el punto de partida para una vida nueva.
En un comunicado, INFOTEP indica que con programas como este, reafirma su compromiso de sembrar esperanza donde antes solo había exclusión, construyendo oportunidades donde el sistema tradicional solo veía condenas.
Porque aprender no es solo un derecho: es una llave. Y en manos de quienes quieren cambiar, esa llave puede abrir cualquier puerta.
